Presidenciables de pesos pesados y de pesos livianos


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No obstante que a pesar de todo sólo hay dos ideologí­as polí­ticas a nivel mundial, más o menos bien definidas y “supervivientes”, o sean la del liberticida izquierdismo y la del derechismo que manosea de lo lindo el sistema democrático, aquí­, en esta embrollada Guatemala nuestra, se disputan jugosas posiciones burocráticas cada cuatro años, entre un abultado número de aspirantes de diversas tendencias (no propiamente ideologí­as, a no ser la “pancista”), apuntando a la conquista de esas posiciones. .

Marco Tulio Trejo Paiz

 


Existe, cabe mencionar como de refilón, otra posición un tanto anodina: La “centrista” que en nuestro medio salió a flote cuando se echó a las agitadas aguas de la polí­tica el periodista, director del diario El Gráfico, Jorge Carpio Nicolle. Ahora el centrismo está como resucitando. No ha cobrado fuerza como para inundar las urnas, pero está haciendo algún ruido.…  
   
Se ha dicho entre la gente que está fuera del coso, observando los zipizapes del alegre agarrón, que la politiquerí­a partidista es una gran industria que brinda la oportunidad del enriquecimiento fácil, casi por lo general nada honesto, nada patriótico y, desde luego, por añadidura, también posibilita satisfacer vanidades que andan por las alturas del volcán de Fuego y la  consabida ambición de mando y medro sin tasa.
   
Nosotros, como somos “alérgicos” a la politiquerí­a del cuento, no a la polí­tica edificante –arte y ciencia a la vez–, permanecemos ilapsos desde la galerí­a, viendo con claridad meridiana cómo se presenta la nueva jornada polí­tico-electoral para luego hacer algunas descargas subjetivas, analí­ticas, pensando en los intereses de la patria y del pueblo.
   
Pero pasemos adelante con el interesante acontecer de la batalla cí­vica (digamos que cí­vica) que se está librando y apuntando hacia el 11 de septiembre que se acerca como a cosetadas con la intención de producir, digamos, un saludable cambio de actitudes de los protagonistas en el nuevo orden de cosas polí­tico-institucional.
   
Llama la atención el hecho de que estén en el palenque numerosos gallos de pelea de las diferentes razas, unos ya inscritos en el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral y, algún otro o algunos otros, como que se han quedado silbando en la loma para irse definitivamente a la lona por no llenar los requisitos pertinentes ni tener mucho ñeque…  …   
En corrillos se está comentando la situación polí­tico-electoral del momento. Hay quienes dudan que vaya a producirse un cambio positivo en cuanto a lo gubernamental, y es que las experiencias que se tienen no son como para esperar una mutación de realizaciones que colme las aspiraciones y, fundamentalmente, las ingentes necesidades de la población.

Habrá que ver si los victoriosos así­ como roncan duermen. Relativamente, no es mucha la carroña, pero son muchos los que la apetecen. Es casi una decena de presidenciables postulados por cerca de una treintena de partidos nutridos y desnutridos, no apartados, en su mayorí­a, de la vieja tradición negativa.

Los y las presidenciables, los y las vicepresidenciables; los y las que pretenden calentar o seguir calentando las l58 curules que dio a luz el FRG, así­ como lucrar a sabor y antojo en las más de trescientas alcaldí­as y en la catarata de concejalí­as, son una mirí­ada, y algunos se están violentando y matando, pero… ¡santos en paz!, porque ¡la justicia anda en silla de ruedas! ¡Y que viva la obesa impunidad!

Unos candidatos a las chambas de los diferentes rangos son viables y otros no viables; están muy raquí­ticos; es decir, hay de peso pesado y de peso ligero, pero estarán tratando, estos últimos, sólo de agregar algo más al currí­culum y pensando calculadizamente en que, apoyando al mero-mero ganador, podrán recibir algún premio de consolación, como aconteció en una de las más cercanas elecciones respecto de un politiquero tornadizo, talla única, que consiguió una embajada en el viejo continente… 

Hay, claro está, candidatos –tas- y candidotes –tas-;  los primeros pueden ser los de mayor peso, y los segundos de peso pluma y de simple relleno que, a la hora de la hora, se acercan como reptando y mendigando ante los del  loteriazo al ser despanzurrada la piñata…

Observando el escenario polí­tico-electoral, puede decirse que la jugosa fruta burocrática, sobre todo la presidencial, quedará en manos del puntero de las encuestas que se han dado a conocer, y ese puntero es Otto Pérez Molina, seguido por el doctor Eduardo Suger, luego por Manuel Baldizón y el pastor protestante Harold Caballeros. Los y las restantes tendrán que quedar en la cola de los suspiros y de la amargura por la frustración.…