¿Y QUIí‰N QUIERE ESTAR CON EL PERDEDOR?


LIC. CRISTHIANS MANOLO CASTILLO*

Tratar de reducir la incertidumbre que le produce al ser humano el futuro, es uno de los principales objetivos del conocimiento moderno, predecir el comportamiento del clima, anticipar los eventos de la naturaleza que producen desastres sociales, estimar el comportamiento de la economí­a y últimamente identificar la tendencia de la preferencia polí­tica de los votantes, son algunos de los fenómenos que se tratan de medir prospectivamente, mediante instrumentos cientí­ficos que pueden ser objetivos, si se aplican e interpretan con rigurosidad técnica. Evidentemente, toda medición que busque indagar sobre el futuro, es ví­ctima de la intencionalidad de aquellos que la aplican.


Ya en el caso propiamente polí­tico, las mediciones prospectivas han desplazado completamente el análisis retrospectivo del comportamiento de los electores y el desempeño de los polí­ticos, situación que sugiere que importa más, para unas elecciones por venir, el resultado que esperamos que suceda, más que lo que realmente está sucediendo en la intención del voto.

Las encuestas en Guatemala durante el actual proceso electoral fueron utilizadas con una clara intención de posicionar en el imaginario individual del elector, a un reducido grupo de posibles opciones dentro de las cuales se podí­a elegir, excluyendo a por lo menos el 64.28% de los binomios presidenciales. Estrategia que aunada a la cultura competitiva que estamos constantemente asimilando de la «globalización», comunicó una tendencia triunfalista de las dos agrupaciones polí­ticas punteras, que buscaban el voto de los «indecisos». Ante una lucha por el poder ¿quién quiere estar del lado de los perdedores?, es por ello que los votantes reciben una influencia muy subliminal, que los induce a buscar ser copartí­cipes del triunfo, aunque sea procedimentalmente, puesto que el ciudadano no incide en la nominación de candidatos que entran en la competencia electoral por sufragio universal.

Efectivamente la tendencia que mostraron las encuestas, principalmente las más alejadas del resultado final, tení­an como propósito transmitir una imagen que se reflejara en las votaciones, atrayendo hacia la «probable fórmula ganadora» el voto de aquellos que aún no habí­an tomado la decisión final. Mientras que antes el votante era saturado por campañas electorales extensas y repetitivas, hoy en dí­a el bombardeo de los medios de comunicación se concentraron en los datos de las encuestas y sus interpretaciones para crear opinión en una población que ha ido madurando los mecanismos de reflexión que inciden en la decisión final del voto. Los «resultados de las encuestas» fueron incorporados en las campañas publicitarias de los partidos, quienes las usaron a su conveniencia.

Hay que recalcar que ninguna encuesta puede garantizar un buen desempeño del gobierno electo y que para las condiciones en que vive el paí­s no existe ningún liderazgo que pueda eliminar de tajo las diversas problemáticas que vivimos los guatemaltecos.

La modernización del sistema democrático ha llevado a las autoridades electorales, en Guatemala, a implementar una serie de elementos que regulan cada vez más la excesiva anarquí­a en la que se mueve el sistema de partidos polí­ticos en el paí­s, por lo que cualquier iniciativa que regule las arbitrariedades de los procesos electorales son insumos que fortalecen nuestra democracia.

PAíSES QUE REGULAN LA PUBLICACIí“N DE ENCUESTAS ELECTORALES

Sólo Colombia ejerce supervisión sobre la formulación de las preguntas

Mí‰XICO

Los medios sólo pueden publicar encuestas ocho dí­as antes de las elecciones.

ESPAí‘A Y VENEZUELA

Los medios sólo pueden publicar encuestas siete dí­as antes de las elecciones.

ARGENTINA Y COSTA RICA

Los medios sólo pueden publicar encuestas 48 horas antes de las elecciones.

COLOMBIA

El Consejo Nacional Electoral ejercerá especial vigilancia sobre las entidades o personas que realicen profesionalmente esta actividad, cuando se trate exclusivamente de encuestas sobre partidos, movimientos, candidatos o grado de apoyo a los mismos, para que las preguntas al público no sean formuladas de tal forma que induzcan una respuesta determinada.

* Analista Polí­tico e investigador de la unidad técnico-polí­tica de la Universidad de San Carlos.

Luis Rabb? Tejada, quien participara como candidato presidencial del Frente Republicano Guatemalteco (FRG) en la primera vuelta de las elecciones generales el 9 de septiembre anterior, critic¢ la manera en que se realizan las encuestas en Guatemala, y la incidencia que ?stas generan entre la poblaci¢n.

Consultado a este respecto, Rabb? consider¢ el hecho de publicar una encuesta que anunciaba un posible empate entre los dos binomios que finalmente pasaron a la segunda vuelta electoral a realizarse el domingo 4 de noviembre, lo cual influy¢ en el comportamiento de los electores al momento de acudir a las urnas.

Rabb? compiti¢ por la Presidencia de la Rep£blica llevando como compa¤ero de f¢rmula al diputado Erick Haroldo Quej Chen, dijo que no es posible que al d¡a siguiente del foro televisivo de CNN comenzara a figurar en las encuestas de intenci¢n de voto de los guatemaltecos.

«Ese es un manipuleo total de parte de los medios escritos matutinos que mostraron cierta preferencia por ciertos candidatos, nosotros se lo dejamos a la historia, pero tambi?n se lo dejamos a la conciencia y a la reflexi¢n de los guatemaltecos en que deben de darse cuenta que est n siendo manipuladas sus conciencias, y sus pensamientos», consider¢.

As¡ como se est n manipulando las encuestas y su incidencia en los resultados electorales, consider¢ Rabb? que ?stas deben ser reguladas con la emisi¢n de una ley que las proh¡ba al menos un mes antes de la fecha de las elecciones, pues cree que con ello se afecta la decisi¢n de la poblaci¢n.