Existen países que han logrado su unidad y sus habitantes viven alrededor de ideales comunes. Nuestro país cada vez más se fracciona existiendo comunidades fronterizas con México en donde pareciera que la música y el comercio están dominados por el vecino país. Lo mismo sucede con las poblaciones limítrofes con El Salvador.
Y qué decir de todo el país en donde los intereses de los jóvenes y de millares de adultos están ligados con la forma de vida de los Estados Unidos, pero lamentablemente no con la manera de llevar la vida del granjero y del artesano que han hecho crecer a ese país. Se imita, sí, pero las modas que en nada favorecen a la industria y la agricultura. ¿Cuáles son esas modas? Pues las que identifican a los grupos que casi siempre al margen de la ley consumen toda clase de drogas.
Estudiemos el pasado histórico de Guatemala y veremos la riqueza de cada región. Desde la época colonial Quetzaltenango producía géneros y una agricultura intensa y ganado lanar. El Occidente, influenciado por las órdenes religiosas de franciscanos y mercedarios dio origen a los pueblos de indígenas laboriosos. Hubo explotación para los indígenas provenientes de encomiendas y repartimientos, pero en medio de adversidades la producción era grande.
Hubo alcaldes mayores, corregidores, encomenderos y propietarios de grandes haciendas que hacían de sus territorios jurisdiccionales unos imperios en los que se enriquecían utilizando diversos medios. El hombre común sabía del Rey de España como una figura lejana y extraña.
En la actualidad sucede lo mismo, el Presidente de la República es un personaje lejano y extraño. Firma tratados internacionales en representación del país y entrega nuestros recursos naturales a cambio de nada. Se enriquece a más no poder y generalmente es el presidente con menos cultura de todos los del mundo. Dentro de cuatro años habitaremos dos millones más de guatemaltecos que de la misma manera observaremos al lejano, enriquecido y corrupto presidente.
No queda otro camino que admirar al alcalde del pueblo como el representante con el poder de mando, rodeado de riquezas, amigo de gente que habla de política y no de obras para la comunidad.
¿Habrá cambiado la triste realidad de Guatemala desde aquella época colonial? Muchos alcaldes solamente hablan de sobrevalorar las obras. En los cabildos de 1811 se gestó la lucha revolucionaria por la Independencia. Qué gran diferencia con las alcaldías actuales.
Guatemala está totalmente fraccionada, en las actuales circunstancias es imposible formar un sentimiento de patria. Lo único que nos identifica ante el mundo es tener los peores gobiernos, regiones con hambruna como los casos ya denunciados en La Unión, Zacapa y parte de Chiquimula. También nos identifica un grupo de banqueros estafadores bien protegidos por el gobierno y autoridades.
Bonito ejemplo para los niños y jóvenes, vivir en el paraíso de la impunidad.