Confirman pena para Alí­ el Quí­mico


Ali Hassan al-Majid recibió la ratificación de su condena.

La Corte Suprema iraquí­ confirmó la pena de muerte contra «Alí­ el Quí­mico» y otros dos ex responsables del régimen de Saddam Hussein, condenados por genocidio y crí­menes contra la humanidad, anunció el martes el presidente del tribunal.


«La Corte Suprema iraquí­ confirmó las sentencias de muerte contra Alí­ Hassan al Majid («Alí­ el Quí­mico»), Sultán Hashim al Tai y Hussein Rashid al Tikriti», declaró ante la prensa el presidente de la Corte, Aref Shaheen.

«Alí­ el Quí­mico» era, además de primo del dictador iraquí­ ahorcado a finales de 2006, uno de sus más cercanos colaboradores; Tai fue el ministro de Defensa de Saddam Hussein y Tikriti fue el viceresponsable de las operaciones de las fuerzas armadas del ex presidente iraquí­.

Los tres fueron condenados el 24 de junio a muerte por la masacre de 182.000 kurdos iraquí­es en la campaña denominada Anfal, en 1987 y 1988, llevada a cabo para eliminar la rebelión kurda en el Kurdistán (norte de Irak).

Serán ejecutados en la horca en un plazo de 30 dí­as, según la ley iraquí­.

«Miles de personas murieron, desaparecieron y tuvieron que abandonar sus casas», señaló el juez Mohammed al Oreibi al Jalifa cuando pronunció la sentencia a muerte contra los tres, en junio.

«Eran civiles, sin armas ni nada que ver con la guerra», subrayó el magistrado.

Majid, de 66 años, y los otros dos condenados están siendo juzgados actualmente también en otro proceso por crí­menes contra la humanidad en referencia a la brutal represión de una revuelta chiita en el sur de Irak en 1991.

Los cargos en contra de los tres en ese segundo proceso serán abandonados una vez que hayan sido ejecutados.

«Gracias sean dadas a Dios», murmuró el ex colaborador de Saddam Hussein al oí­r la sentencia de la Corte Suprema.

El régimen de Saddam justificó la campaña Anfal afirmando que fue una operación necesaria contra los insurgentes durante los ocho años de guerra entre Irak e Irán.

Esa campaña conllevó bombardeos sistemáticos, ataques con gas y asaltos a zonas de la región autónoma de Kurdistán, así­ como ejecuciones masivas, deportaciones y la creación de campos de concentración.

Saddam Hussein fue derrocado por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos en abril de 2003 y fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006 tras ser condenado por crí­menes contra la humanidad en un caso no relacionado con la campaña Anfal.

Tras su muerte, los cargos en su contra en este caso fueron abandonados.

En la apertura del segundo proceso en su contra, el 21 de agosto, un desafiante «Alí­ el Quí­mico» declaró que fue justo ordenar esos ataques.

«No me defenderé. No pediré perdón. No cometí­ ningún error», dijo ante el tribunal al reconocer haber sido «quien ordenó al ejército destruir los pueblos y desplazar a sus habitantes».

Los kurdos iraquí­es recibieron con satisfacción la confirmación de la condena contra «Alí­ el Quí­mico», si bien su ejecución no se llevará a cabo en la provincia kurda para que no sea considerada como una venganza, señaló un responsable del gobierno iraquí­.