Falta de suministro eléctrico, transportes ineficaces y una enrevesada burocracia entorpecen la industria de Sudáfrica y frenan el crecimiento, motor de la lucha contra el desempleo masivo y la pobreza.
En el segundo trimestre de 2007, la expansión de la primera economía de Africa se ralentizó a 4,5% anual, frente a 4,7% del trimestre anterior. En 2006, el crecimiento fue de 5%.
Estas cifras se presentan como un mal presagio, habida cuenta de que el gobierno de Sudáfrica prevé un crecimiento anual de al menos 5% en los próximos tres años.
El objetivo oficial: llegar a 6% a partir de 2010 para reducir el desempleo masivo y la pobreza.
Pero, por el momento, prosiguen las malas noticias, como la subida de la inflación, que en julio se situó en su máximo nivel desde 2003, a 7%, lo que alimenta las especulaciones sobre un nuevo encarecimiento del crédito.
La industria registró un parón brutal en el segundo trimestre, al crecer un escuálido 0,5%, tras alzas respectivas de 4,75% y 8,25% en los trimestres precedentes.
Aunque la demanda se mantiene firme, el país necesita mejorar sus infraestructuras, en particular las eléctricas, y aligerar su burocracia, según Razia Khan, directora de investigación para Africa del Standard Chartered Bank de Londres.