Perú pidió a la comunidad internacional la donación urgente de por lo menos 40 mil carpas para dar abrigo a los cerca de 200 mil damnificados que dejó el mortífero terremoto que hace dos semanas golpeó ciudades de la costa centro sur de Perú.
Hasta el momento sólo se han instalado 9.300 carpas en 21 albergues en Pisco, Chincha, Ica y Cañete luego del sismo del 15 de agosto que dejó 519 personas muertas, la mayoría en Pisco, ciudad de 130.000 habitantes y destruida en un 80%, informó el estatal Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
«El número de carpas con que contamos es insuficiente y necesitamos al menos 40.000 para poder atender a los damnificados», dijo José Ernau, director de Logística del Indeci.
Ante esta escasez, el funcionario llamó a los organismos mundiales de ayuda humanitaria a incrementar sus donaciones para atenuar los sufrimientos de miles de personas que dos semanas después del sismo viven y duermen a la intemperie expuestos al frío invernal.
Alberto Bisbal, director de Prevención del mismo organismo, explicó que el stock de carpas con que contaba el Indeci se agotó principalmente en emergencias vinculadas con una ola de frío que azotó trece departamentos del país que tuvieron que ser declarados en alerta roja sanitaria.
En los próximos días llegarán 9.000 carpas donadas por organizaciones no gubernamentales. «Pero se requieren mucho más», insistió Ernau.
El primer balance oficial del sismo de 7,7 grados en la escala de Richter del 15 de agosto arroja hasta el momento, además de los 519 muertos, la destrucción de 44.768 viviendas, lo que implica igual número de familias que lo perdieron todo. Eso significa que los damnificados llegan a las 200.000 personas.
El número de heridos ascendió a 1.366 y quedaron afectadas 13.585 familias por serios daños a sus viviendas, aunque éstas no se desplomaron.
Los funcionarios subrayaron que en rápidas acciones se logró enviar a la zona siniestrada gran cantidad de ayuda para asegurar la alimentación de la población, pero que se requiere aún más.
Bisbal precisó que hay gran preocupación por la salud mental de los damnificados que padecen de estrés postraumático a raíz del sismo y dijo que con la ayuda de ONGs se trata de revertir esta situación, aunque admitió que para muchas personas lograr la estabilidad emocional será un proceso largo.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei) desplegó desde este miércoles personal especializado en las zonas afectadas para realizar un censo durante tres días, que permita contar con información exacta de los daños provocados por el terremoto.
De otro lado, la directora del Instituto Nacional de Cultura, Cecilia Bákula, informó de un «balance doloroso» en daños al patrimonio histórico.
Un 32% de los 173 monumentos declarados patrimonio cultural -templos, locales de arquitectura civil y ambientes urbano monumentales- quedaron destruidos.
Entre el patrimonio destruido destaca la residencia de Pisco donde vivió el Libertador José de San Martín, quien desembarcó en ese lugar con la expedición libertadora en 1820, un año antes de declarar la independencia de Perú.