Astrónomos descubrieron un gigantesco agujero que se extiende sobre más de mil millones de años luz, carente de materia conocida, como estrellas, galaxias y gas, así como de la misteriosa «materia negra», según resultados publicados este viernes.
«No solamente nunca se había hallado un agujero tan grande, sino que jamás imaginamos que podíamos encontrar uno tan grande», declaró Lawrence Rudnick de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), quien dirigió el equipo que efectuó el descubrimiento, a la revista Astrophysical Journal.
Los astrónomos saben que a gran escala el Universo comprende zonas carentes de toda materia, aunque en la mayoría de los casos se trata de agujeros de tamaño mucho menor que los encontrados por Rudnick y su equipo, precisó la Universidad de Minnesota en un comunicado.
El descubrimiento, que muestra una reducción importante en el número de galaxias en una región del cielo situado en la constelación Eridanus, es consecuencia del análisis de datos del programa NVSS (NRAO VLA Sky Survey).
Ese programa permitió observar un 82% del cielo visible gracias al radiotelescopio VLA (Very Large Array) del Observatorio Nacional Estadounidense de Radioastronomía (National Radio Astronomy Observatory, NRAO), de Nuevo México.
«Sabíamos que había algo diferente en esta zona del cielo», explicó Rudnick en un comunicado conjunto del NRAO y de la Universidad de Minnesota.
El mapa de radiación del fondo cosmológico, vestigio de los primeros fotones que escaparon en el universo unos 380.000 años después del Big Bang, cuando luz y materia se separaron, mostraba una mancha fría en la región de Eridamus.
Esos datos fueron obtenidos en 2004 a partir de observaciones del satélite WMAP, capaz de medir diferencias de millonésima de grado de esta radiación de microonda.