Lo que puede suceder


Este nueve de septimbre desde temprana hora se prevé largas filas de personas por que se duda que la actuazlización ocasionará algunos problemas como en las elecciones de 2003.

Lic. Mario Roberto Guerra Roldán

Como lo he expresado en diversas ocasiones, a través de los medios de comunicación, el Congreso de la República desatendió el proyecto de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos presentadas por el Tribunal Supremo Electoral, y en un afán demagógico y de manera empí­rica, dispuso que se instalaran mesas electorales en las comunidades que tuviesen 500 empadronados.


Los magistrados del TSE se han visto en apuros para cumplir con dicho mandato. Comenzaron por solicitar un incremento al presupuesto electoral, que fue severamente criticado, y, además, se ve enfrentado a serios problemas y riesgos, como los que a continuación expreso.

Gran parte de las 13 mil 756 juntas receptoras de votos deberán ser ubicadas en lugares lejanos y aislados, muchos de los cuales son de difí­cil acceso, sobre todo, en la época de mayor intensidad de las lluvias.

De esas comunidades varias no cuentan con energí­a eléctrica y están situadas en áreas que carecen de los servicios requeridos para su adecuado funcionamiento. Sin embargo, los funcionarios electorales han expresado que cuentan con plantas generadoras de electricidad y, para dar fluidez a la transmisión de los resultados, dotarán de computadoras a las mesas.

Los generadores cualquier persona los puede poner a funcionar. El verdadero problema radica en el manejo de las computadoras. Consultados expertos en informática, manifestaron que se necesita de algún tiempo para la capacitación de los operadores. Dí­as, semanas o hasta un mes, son insuficientes para ello. Se pueden imaginar nuestros amables lectores qué pasarí­a si se comete el más pequeño error, por ejemplo, un clic o un teclazo mal dados o algo semejante, qué consecuencias tendrí­a.

Además de lo expuesto, aun sin el empleo de las computadoras, se necesitan personas capaces y de cierta preparación para que las mesas de votación trabajen adecuada y convenientemente. Cuando nosotros nos desempeñamos en el Tribunal Supremo Electoral (19 años de experiencia), nos costaba integrar las juntas receptoras de votos. ¿Qué pasará ahora en lugares remotos del ámbito rural, en que la casi totalidad de los habitantes son analfabetos y no hablan el castellano?

Todos los guatemaltecos, algunos gobiernos extranjeros e instituciones internacionales, deseamos con vehemencia que las elecciones del 9 de septiembre, se desarrollen y culminen sin problemas que puedan empañar el proceso electoral, en aras de la paz y tranquilidad del paí­s, del resguardo de la institucionalidad democrática, de la gobernabilidad y del crédito del Tribunal Supremo Electoral.