Sentido pésame a don Héctor Montenegro


Héctor Vargas, hhvargas@hotmail.com

Estamos a pocos dí­as de finalizar la carrera polí­tica y llegar a la celebración cí­vica del grandioso y relevante evento electoral, en el cual como población guatemalteca, elegiremos a nuestras nuevas autoridades para el perí­odo 2008-2012. Todo el trayecto de la época de proselitismo deberí­a de ser una verdadera fiesta cí­vica, y no contiendas polí­ticas con sabor a envidia, odio, resentimiento, disensiones y venganza que finalmente no sólo llegan a herir sentimientos, sino a causar hasta la misma muerte, como ha venido ocurriendo últimamente. Según la Procuradurí­a de los Derechos Humanos más de 35 polí­ticos han sido asesinados en lo que va del año, aparte de hijos de candidatos de diferentes partidos que han sido asesinados, pero que a decir verdad, el partido de la UNE ha sido el más afectado. José Manuel Méndez Dardón, hijo del ex diputado Amí­lcar Méndez, actualmente asesor de la UNE, fue asesinado el 17 de agosto. El caso más reciente ocurrió el 21 del mismo mes, cuando fue asesinada Marta Cristina Montenegro Hernández, de apenas 14 años, hija del candidato a diputado por el distrito Metropolitano, postulado por la Unidad Nacional de la Esperanza, Héctor Montenegro. El crimen fue repudiado por el candidato presidencial ílvaro Colom, por el encargado de Estrategias, periodista José Carlos Marroquí­n, por el diputado Manuel Baldizón y por el escritor petenero Nelson Larios, autor del libro ’Atrévete a triunfar’. Hoy por hoy, lamentamos el duro golpe que vive en carne propia mi amigo y tocayo Héctor Montenegro, candidato a diputado y actual presidente de la Asociación Nacional de Personas de la Tercera Edad sin cobertura social. El escritor Nelson Larios y el autor del presente artí­culo, damos el sentido pésame a la familia Montenegro Hernández y exigimos a las autoridades encargadas de la seguridad ciudadana el pronto esclarecimiento de éste y otros repudiables hechos que sea cual fuere el motivo no deben quedar cubiertos en el manto de la impunidad.