Lula contra la deforestación


Gira. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, durante su última visita a Nicaragua.

El presidente Luiz Inacio Lula da Silva afirmó este lunes que la reducción de la deforestación en la Amazonia permite a Brasil conquistar más «credibilidad» en el exterior.


«Es importante que las personas tomen conciencia de que preservar el medio ambiente ahora, haciendo las cosas de manera muy ordenada dentro de la ley, es condición básica para que Brasil conquiste más credibilidad en el exterior», dijo Lula en su programa radial semanal.

La deforestación de la Amazonia fue de 9.600 km2 en los últimos doce meses terminados en julio, un 30% menos que en los doce meses anteriores, según estimaciones preliminares divulgadas el viernes por el gobierno,

Esa tasa, la menor desde que se iniciaron las mediciones oficiales hace tres décadas, confirma un reflujo desde el récord de 27.000 km2 registrados en 2004, que cayeron a 18.000 km2 en 2005 y a 14.000 km2 en 2006.

Lula espera que la tendencia se mantenga en los próximos años y que al concluir su mandato, a fines de 2010, la deforestación en Brasil se reduzca a un «padrón universal, admisible por la sociedad».

La deforestación en Brasil se debe al avance de la frontera agroganadera y procede a través de talas de árboles para la industria maderera y de quemadas que «limpian» el terreno.

Brasil se empeña en controlar esa devastación, a fin de no ser señalado como un gran emisor de CO2 y de convencer al mundo de que el etanol -alcohol combustible derivado de la caña de azúcar que propone como alternativa del petróleo- no constituye una nueva amenaza para la selva tropical.

«Es posible que nuestra agricultura crezca sin invadir la Amazonia (…). Tenemos áreas enormes ya degradadas que pueden ser usadas para el cultivo, sin avanzar más en áreas que tenemos que preservar», sostuvo Lula.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, invitada al programa radial, dijo que el control de la deforestación entraba ahora en una «segunda fase», con «polí­ticas estructurantes» coordinadas entre varios ministerios, incluyendo el de Agricultura.