ONU acepta rol en Irak


Reto. Una mujer iraquí­ reza en el cementerio de Karbala. La ONU ha aceptado desempeñar un rol de pacificación en Irak.

Presionada por Estados Unidos para comprometerse más con la estabilización de Irak, la ONU aceptó ayer desempeñar un papel más importante en ese paí­s, pero la inseguridad reinante le representa un serio problema.


Adoptada unánimemente por el Consejo de Seguridad, la resolución 1770 confiere a la misión de la ONU en Irak (Manui) un campo de acción extendido, «si las circunstancias lo permiten», en varios ámbitos: polí­tico, diplomático, humanitario, derechos humanos.

Estas actividades forman parte del dí­a a dí­a de la organización mundial, sobretodo en situaciones post conflicto. A cuatro años de la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó el gobierno de Saddam Hussein, Irak es escenario cotidiano de atentados y violencia interétnica.

Actualmente, hay 55 funcionarios de la ONU residiendo en Irak, de ellos 5 en zona kurda, al norte, y 50 en Bagdad. Con la nueva resolución, el techo del número de personas podrí­a ser incrementado a 95.

Todaví­a con el recuerdo fresco del atentado del 19 de agosto de 2003 contra el cuartel general de la ONU en Bagdad, que resultó en la muerte de 22 empleados del organismo, entre ellos el enviado especial del secretario general, el brasileño Sergio Vieira de Mello, el personal reaccionó con desagrado a la resolución 1770.

El martes, el sindicato de personal adoptó por unanimidad una moción que pide al secretario general, Ban Ki-moon, abstenerse de desplegar personal suplementario en Irak e inclusive a retirar los actuales en Bagdad, hasta tanto mejore la seguridad.

Este viernes la moción fue colocada a plena vista en el salón de entrada de la ONU en Nueva York.

«Llevar personal a Bagdad y mantenerlo en la zona verde -lugar ultrafortificado de la capital- lo pondrá en peligro sin que al mismo tiempo le permita ayudar al pueblo iraquí­», declaró Emad Hassanin, primer vicepresidente del sindicato.

Al comparar el último reporte de Ban sobre la situación en Irak con uno escrito por su antecesor Kofi Annan tras el atentado de 2003, Hassanin señala que la situación descrita «es hoy incluso peor».

«No entiendo por qué (Ban) enviará personal sin mejorar la seguridad, si es responsabilidad del secretario general», destacó.

Por su parte, Ban se ha mostrado consciente de la necesidad de mayor seguridad, al haber sufrido en carne propia el peligro en Bagdad: durante su primera visita en marzo, un disparo de mortero en las afueras de la residencia del primer ministro Nuri Al Maliki -en plena Zona verde- interrumpió su rueda de prensa.

Ban dijo que ha exigido a la Asamblea General de la ONU fondos para «reforzar la seguridad de las residencias» del personal en Irak. Pero nada se ha dicho de las disposiciones que deben ser tomadas para permitir a los funcionarios salir de la Zona verde para cumplir su misión con seguridad.

En los pasillos de la ONU, se escucha que si la solución debe pasar por transportes que sean vigilados por soldados estadounidenses, la neutralidad del personal de la ONU estarí­a en entredicho.

De su lado, el ex embajador estadounidense en Bagdad, ahora ante la ONU, Zalmay Khalilzad, afirmó que Estados Unidos «asumirá su parte de responsabilidad» para garantizar la seguridad de la ONU en Irak, pero sin entrar en detalles.

Aprobación

El Consejo de Seguridad de la ONU votó unánimemente hoy a favor de una resolución para ampliar el papel de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Irak (UNAMI) en el proceso de reconstrucción de posguerra del paí­s.

La resolución, redactada por Estados Unidos y Reino Unido, amplí­a por otro año el mandato cuadrienal actual de la UNAMI, que expira hoy.

También estipula que el enviado especial del jefe de la ONU y la UNAMI «asesoren, apoyen y ayuden» a los iraquí­es en el «avance de su diálogo incluyente y polí­tico y de la reconciliación nacional».

La misión de la ONU también estará encargada de ayudar a los iraquí­es a sostener elecciones, revisar su Constitución, resolver los disputados lí­mites territoriales internos y planear un amplio censo.