Irán respaldó ayer la política de seguridad iraquí durante la visita del primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, a Teherán, aunque dijo a este último que el restablecimiento de la estabilidad pasaba forzosamente por la retirada de las tropas estadounidenses de su país.
«Irán quiere un Irak independiente, seguro, estable y desarrollado. Pensamos que la partida de las fuerzas de ocupación (norteamericanas) permitirá garantizar la seguridad y la estabilidad en Irak», afirmó el vicepresidente iraní, Parviz Davudi, citado por la agencia Irna.
Al Maliki realizó una visita de dos días a Teherán, su segunda desde que fue nombrado al frente del gobierno el año pasado.
«Deseamos paz y bienestar al pueblo (…) iraquí y haremos todo lo que esté en nuestras manos en este ámbito», agregó Davudi.
Según la agencia central de información, Al Maliki reconoció que las conversaciones han girado en torno a los temas de seguridad.
El primer ministro iraquí se reunió el miércoles por la noche con el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, y el secretario del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional, Ali Larijani.
Irán e Irak tienen «la responsabilidad de traer paz y seguridad a la región», declaró Ahmadinejad, citado por los medios oficiales.
«La situación en la región, incluyendo a Irak, es muy delicada. Teherán considera que el futuro de la región depende de la victoria (contra el terrorismo) en Irak», añadió.
Al Maliki conversó asimismo con el Guía Supremo, Alí Jamenei, en la ciudad santa de Mashad.
Jamenei aprovechó la ocasión para insistir en que la presencia de las tropas de la coalición en Irak es «una gran desgracia» y estimó que su retirada ayudaría a solucionar los problemas del país, señaló la televisión estatal.
El primer ministro iraquí le contestó que su país trabajaría «para recuperar su independencia y su dignidad».
La visita de Al Maliki corrobora el buen momento que atraviesan las relaciones entre el gobierno iraquí, controlado por la mayoría chiita, y la República Islámica, bajo la batuta del clero chiita y habitada en un 90% por miembros de esta confesión.
La agencia oficial Irna afirma que Al Maliki le dio las gracias a Irán por haber obrado «positiva y constructivamente» con el fin de «aportar seguridad y luchar contra el terrorismo en Irak».
No obstante el presidente estadounidense, George W. Bush, advirtió a Al Maliki de que evitara mostrarse demasiado conciliador con Irán.
«Si la señal que quiere dar es que el papel de Irán es constructivo, será necesario que mantengamos una conversación franca con mi amigo el primer ministro porque no creo que sea el caso», dijo Bush.
Estados Unidos acusa a grupos vinculados a Irán de ofrecer entrenamiento a movimientos extremistas iraquíes y de suministrarles armas, algo que las autoridades iraníes han desmentido una y mil veces.
Al Maliki hizo el miércoles un gesto simbólico al reunirse con los familiares de cinco iraníes detenidos en enero por el ejército estadounidense en su país, y se comprometió a obrar por su puesta en libertad.
A pesar de sus numerosas discrepancias, Estados Unidos e Irán han logrado sentarse recientemente en torno a la misma mesa para dialogar sobre el estado de la seguridad en Irak.