Faltarán fiscales



Dentro del sistema electoral nuestro y por la forma en que se realiza el sufragio y se hace el escrutinio de los votos en cada una de las mesas receptoras, la figura del fiscal de cada uno de los partidos es pieza clave para garantizar la pureza del evento y por ello es que se supone que cada uno de los catorce partidos que han postulado candidatos presidenciales, más aquellos que sólo tienen participación a nivel local con diputados y alcaldes, enví­en a un delegado a cada una de las mesas para que puedan ser parte activa de la verificación.

Sin embargo, si hablamos de casi 14,000 mesas electorales y de 14 partidos polí­ticos a nivel nacional estamos hablando de la necesidad de contar con alrededor de 200,000 personas que se puedan dedicar el dí­a de las elecciones a trabajar sólo con los partidos polí­ticos, aparte de los casi 50,000 que serán el personal designado por las juntas electorales para representar al Tribunal Supremo Electoral. Honestamente hablando y conociendo la actitud del guatemalteco, no hay posibilidad de que el dí­a de las elecciones se tenga ese contingente de alrededor de un cuarto de millón de personas sólo para ubicarse en las mesas receptoras de votos, no digamos lo que falta para coordinar toda la logí­stica (del TSE y de los partidos), lo que eleva la cifra en varias decenas de miles más.

Y la incapacidad de muchos partidos para llenar el cupo de fiscales los deja en absoluta condición de desventaja, puesto que es en el escrutinio cuando los fiscales bien entrenados y capaces, hacen valer los votos para sus candidatos, mientras que los que no tienen buenos fiscales o peor los que no tienen fiscal, de plano que pierden votos porque no hay quien los pueda representar y defender una a una las papeletas.

Por otro lado, los supervisores de cada partido pueden recoger las copias de las actas en cada centro de votación, pero las mismas no están firmadas por sus delegados y por lo tanto no tienen el peso necesario. Obviamente es de suponer que al menos los tres o cuatro partidos principales en la contienda podrán disponer de fiscales y se sabe que alguno de ellos está ofreciendo desayuno, almuerzo, cena y dos refacciones, además de Q.250.00 por el dí­a a quienes les hagan el favor de representarlos. Pero indudablemente que los partidos que ya están en desventaja porque las encuestas no les permiten agenciarse de fondos al presentarlos de antemano como perdedores, la tendrán aún más difí­cil para tener fiscales y una presencia adecuada el dí­a decisivo.

Por ello es que vale la pena que el tema de las encuestas sea objeto de algún control porque indudablemente que influyen no sólo al final en la intención de voto, sino básicamente al principio en la capacidad de los partidos y candidatos para obtener dinero que les permita posicionarse en esta pistocracia que hemos creado como consecuencia de la notable debilidad de los partidos polí­ticos.