Confirman segundo foco de aftosa


Fiebre aftosa. Una vaca muerta es removida con maquinaria pesada, en Normandy, al sureste de Inglaterra, en donde se ha confirmado un segundo foco de fiebre aftosa.

Un segundo caso de fiebre aftosa cerca del lugar donde se detectó el primer foco al sureste de Inglaterra fue confirmado hoy por las autoridades británicas, que afirman tener bajo control la situación y se espera determinen este mismo dí­a el origen del virus.


El nuevo foco de infección está situado dentro del perí­metro de exclusión de tres kilómetros establecido el viernes alrededor de la finca donde se descubrieron los primeros sí­ntomas de enfermedad en vacas.

«La jefe del departamento veterinario confirmará rápidamente esta mañana que las pruebas efectuadas en la noche sobre las muestras tomadas a animales sacrificados señalan la presencia de la fiebre aftosa», declaró el ministro del Medio Ambiente Hilary Benn a la BBC.

Debby Reynolds, jefa del departamento veterinario, habí­a anunciado el lunes por la noche la existencia de un segundo caso posible de fiebre aftosa y ordenó dar muerte a unas 50 cabezas de ganado. En total ya son 170 los animales sacrificados. Todaví­a no se conoce la cepa del virus del segundo foco.

Para el ministro Benn, este hallazgo «demuestra que funcionan las medidas tomadas en la zona» de Normandy (condado de Surrey), a unos 50 kilómetros al sur de Londres.

Dentro del mismo perí­metro de seguridad se encuentra en el complejo cientí­fico de Pirbright sospechoso de haber originado el brote, que incluye instalaciones de Merial, fabricante de vacunas, y del estatal Instituto de Salud Animal.

El primer ministro británico, que dirige el gabinete de crisis, encargó para este martes un informe sobre las investigaciones en esos laboratorios para determinar si el virus salió de allí­ y cómo pudo hacerlo.

A pesar de que todaví­a no hay confirmación, el ministerio de Medio Ambiente adelantó que en Merial estaban trabajando con una cepa de virus fuera de la circulación y «muy parecido» al que afectó a los animales de Normandy.

Tanto la empresa privada –propiedad de los grupos Merck (estadounidense) y Sanofi-Aventis (francés)–, como el centro público dijeron que cumplieron los protocolos de seguridad.

El brote de aftosa desató el temor a una reedición de la epidemia del año 2001, cuando se identificaron 2.030 casos, se sacrificaron entre 6 y 10 millones de cabezas de ganado y las pérdidas fueron de unos 12.000 millones de euros (16.500 millones de dólares).

Entonces se criticó al gobierno por su lenta reacción, mientras en esta ocasión el propio Brown interrumpió sus vacaciones para ponerse al frente del gabinete de crisis. El gobierno británico y los responsables de la Unión Europea con los que coopera en esta crisis, dijeron haber «aprendido la lección».

Como muestra de que la situación está controlada, el ministro de Medio Ambiente británico animó a la población a visitar el campo. «Es importante que vean que el campo no está cerrado» a pesar de la prohibición de movimiento de ganado y de la exportación de productos derivados.

En el 2001, el medio rural sufrió una crisis más allá del sector primario, que afectó mucho al turismo.