El nuevo año empieza ensombrecido por la crisis crediticia en EE.UU.


Un músico toca frente al tablero de la Bolsa de Valores de Australia, como despedida al año 2007, que para la economí­a mundial no fue muy bueno por las crisis.

El año próximo se presenta poco promisorio para la economí­a mundial, todaví­a desacelerada por la crisis de las hipotecas de riesgo en Estados Unidos y por la disparada de los precios del petróleo, con el telón de fondo de un dólar debilitado a lo largo de 2007.


«El año 2008 será sombrí­o para Estados Unidos y débil para Europa», previó Nariman Behravesh, economista jefe de la consultorí­a Global Insight.

La OCDE acaba de bajar de 2,7% a 2,3% sus perspectivas de crecimiento para los paí­ses de su zona en 2008. El FMI se apresta a hacer lo mismo, tras haber reducido su previsión de crecimiento mundial a 4,8%.

La economí­a continuará, en efecto, pagando los platos rotos de 2007, que será recordado sin dudado como «repleto de sorpresas desagradables», subrayan en una nota los analistas de Goldman Sachs.

En 2007, el mundo entero descubrió la existencia de los créditos «subprime», concedidos a familias norteamericanas poco solventes, con los que se desencadenó una crisis financiera en el tercer trimestre, cuyas consecuencias afectan aún a los mercados.

La Bolsa de Nueva York bajó más de 10%, arrastrando consigo a las demás plazas financieras del mundo y llevando a que los bancos tornaran más severos sus condiciones para otorgar créditos, bloqueando así­ el crecimiento. Y no cabe esperar nada mucho mejor para 2008.

En Estados Unidos, «estamos en la zona de peligro», subraya Behravesh, que teme el peligro de una recesión.

«Se necesitan dos choques para eso y ya tenemos uno con la crisis inmobiliaria; si los precios del petróleo vuelven a la zona de 95-100 dólares el barril, dada la vulnerabilidad de la economí­a, esto podrí­a ser suficiente para desencadenar una recesión», afirmó.

Esta vulnerabilidad podrí­a aumentar si, como muchos analistas prevén, la crisis inmobiliaria se agrava con una multiplicación de embargos de inmuebles.

Como máximo, no cabe esperar en Estados Unidos un crecimiento de más de 2% y el resto del mundo sufrirá puesto que, como recuerda Behravesh, «generalmente hay un desfase de unos seis meses con los otros paí­ses».

En la zona del euro «seguirán soplando fuertes vientos en contra», advirtió Carlos Cáceres, de Morgan Stanley, quien enumeró los precios del petróleo, la fuerza del euro y las repercusiones de la crisis del crédito.

Los precios del petróleo parecen calmarse pero el nivel del euro preocupa cada vez más.

El presidente de EADS (casa matriz de Airbus), Louis Gallois, no cesa de repetir que pierde más de 1.000 millones de euros cada vez que el dólar cae diez centavos, y se propone trasladar parte de su producción a la zona del dólar.

La mayorí­a de los analistas prevé que el euro alcance 1,55 dólares hasta mediados de 2008 y algunos temen también que varios mercados inmobiliarios europeos –principalmente España, Gran Bretaña e Irlanda– sufran un duro golpe. Por más que el impacto sea menos marcado que en Estados Unidos, afectará el crecimiento de estos paí­ses», afirma Peter Berezin de Goldman Sachs.

Sin embargo, la economí­a de la zona del euro ha demostrado su resistencia, «lo que permite pensar que un aterrizaje brusco es poco probable», según Cáceres.

Los más optimistas hablan incluso de un comienzo de recuperación hacia mediados de 2008.

«Estados Unidos se va a recuperar, el euro va a bajar ante el dólar y los precios del petróleo van a bajar, lo que llevará a un crecimiento de 2% en la zona del euro en el segundo semestre», aseguran los analistas de Societe Generale.

La crisis financiera hizo pasar a segundo plano las preocupaciones vinculadas al comercio con China, pero el crecimiento incesante del gigante asiático puede sufrir un contragolpe hacia fin de año.

«De aquí­ a los Juegos Olí­mpicos, no hay que esperar una desaceleración, pero después el gobierno puede tomar medidas más drásticas para desacelerar la economí­a. Existe el peligro de un aterrizaje brutal hacia fines de 2008 o comienzos de 2009», advierte Behravesh.

«Se necesitan dos choques para eso y ya tenemos uno con la crisis inmobiliaria; si los precios del petróleo vuelven a la zona de 95-100 dólares el barril, dada la vulnerabilidad de la economí­a, esto podrí­a ser suficiente para desencadenar una recesión.»

Nariman Behravesh

Economista jefe de la consultorí­a Global Insight