Después de su muy controvertida visita en Francia, el dirigente libio Muammar Kadhafi inició hoy en Madrid, en medio de la indiferencia, la fase oficial de su visita de cuatro días a España, donde se tratará mas de petróleo y contratos que de derechos humanos.
La visita reviste una importancia esencialmente económica para España, que aspira a consolidar las posiciones estratégicas de su grupo petrolero Repsol en Libia y participar en los sustanciosos contratos de infraestructuras de un país en plena ebullición, tras ser levantadas las sanciones de las Naciones Unidas (ONU) en 2003.
Kadhafi, que se las ingenió para despistar a los periodistas durante su fin de semana privado en Andalucía (sur), se instalará en el Palacio del Pardo, una residencia oficial para jefes de Estado, donde lo recibirá a las 13:30 horas el rey Juan Carlos y su esposa, la reina Sofia.
Según el programa oficial de la visita será recibido a las 19H00 por el presidente del gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, para una entrevista a la que seguirá una cena oficial.
Contrariamente a las costumbres, ninguna conferencia de prensa ha sido prevista tras el encuentro, presentado por Madrid bajo el signo de las relaciones normalizadas con un «país clave del Maghreb y del panorama africano», una vez que entró en el concierto de naciones tras su renuncia al terrorismo.
Mientras el líder libio desató con sus declaraciones altisonantes una rara bronca durante su estadía «histórica» en Paris la semana pasada, su visita a Madrid no levanta la más mínima polémica.
Solamente el diario de izquierda Publico le consagró la portada para denunciar «la alfombra roja» puesta a los pies del «dictador libio» y sorprenderse que «nadie se ofusque, ni siquiera los autodeclarados campeones de la libertad», más dispuestos a tomársela con el presidente venezolano Hugo Chavez.
«Â¿No había forma de inventarse algún compromiso imprescindible del rey para que no tuviera que estrechar la mano de este torturador de enfermeras?», se preguntó Público, en referencia a las enfermeras búlgaras liberadas este verano (boreal) después de haber pasado más de ocho años en las cárceles libias acusadas de haber inoculado el virus del sida a 438 niños libios.
Libia y España deben firmar un documento de cooperación política, un acuerdo de protección recíproca de las inversiones, y abordarán la cuestión de la inmigración clandestina, según una fuente diplomática española.
«Varios contratos están siendo negociados» entre Trípoli y empresas españolas, indicó el viernes esta fuente, que no estaba en condiciones de precisar si serán oficializadas durante la visita de Kadhafi.
El dirigente libio recibirá el martes a las 11H00 a un grupo de empresarios españoles del sector de la energía y de las infraestructuras, entre los cuales Antoni Brufau, presidente del grupo petróleo hispano argentino Repsol YPF, la empresa española mejor implantada en Libia.
Libia es estratégica para Repsol, tercer comprador extranjero de petróleo en ese país, donde el grupo posee el 4,5% de sus reservas mundiales, cuya cotización cayó en los últimos años tras las contrariedades en los contratos con Bolivia y Argentina.
Las poderosas empresas constructoras y de infraestructuras también apuntan a Trípoli. El grupo constructor Sacyr Vallehermoso anunció el domingo la creación de una empresa participada con la sociedad estatal libia Lybian Company for development and investment, para posicionarse con otros grupos europeos para firmar contratos del plan de desarrollo de infraestructuras en ese país, de montos «superiores a los 50 mil millones de euros».