Grandes centros de arte buscan aire fresco en un primer C-8 en España


Oscar Niemeyer, arquitecto brasileño, es la figura central en torno a este proyecto cultural, debido a que mañan cumple cien años de edad.

Los directores de ocho importantes centros de arte de todo el mundo se reuní­an hoy y mañana en Avilés (norte de España), convocados por el recién nacido Centro Niemeyer, con la meta de buscar nuevas propuestas y establecer una colaboración permanente.


La iniciativa parte del español Centro Niemeyer, un centro cultural con vocación internacional creado este año y que en 2010 espera tener lista su sede, obra que el renombrado arquitecto brasileño regaló a la Fundación Prí­ncipe de Asturias, en Avilés.

Los responsables del Centro Pompidou de Parí­s, el Lincoln Center de Nueva York, la Opera de Sidney, la Biblioteca de Alejandrí­a, el Barbican Center de Londres, el Tokyo International Forum, el Hong Kong Cultural Center y el Niemeyer forman este llamado C-8 de la cultura.

Aunque «este foro cultural no es un mercado de artes escénicas», como aseguró Linus Fung, directora del Hong Kong Cultural Center, varios de sus asistentes vienen con propuestas.

«Me gustarí­a que haya una ópera china en la temporada inaugural del Centro Niemeyer», sugiere Fung, mientras que el director del Museo del Apartheid de Johanesburgo, Christopher Till, habla de exportar la gran exposición que prepara para celebrar en 2008 los 90 años de Nelson Mandela.

«Egipto y España tienen mucha influencia árabe y también son paí­ses mediterráneos, y creo que tenemos una buena ocasión para trabajar juntos en estos temas», apuntó por su parte Sherif Mohie Elding, director del centro cultural de la Biblioteca de Alejandrí­a.

Para otros, la importancia de este encuentro es entablar relaciones personales que faciliten el asesoramiento mutuo en el futuro.

«Cuando se establecen relaciones entre compañeros de profesión de todo el mundo (…) podemos comparar trabajos, comentar los espectáculos que hemos contratado, y si estoy pensando en algún artista, llamo a algún colega extranjero y le consulto», comentó Rachel Healy, directora de artes escénicas de la Opera House de Sidney, que propone que varios centros puedan encargar proyectos conjuntamente.

Pero la creciente demanda cultural y el incremento de las ofertas en este sector puede provocar un «fenómeno de saturación» con propuestas sin los suficientes recursos económicos o con «flagrante escasez de ideas», advirtió por su parte la crí­tica y experta Mercedes Monmany.

Por eso sugiere «el estudio detenido y contrastado de cada proyecto» y una «buena selección de los gestores y responsables (…) si se quiere realmente competir» y evitar «la sobreabundancia de programas debido al demasiado dinero y a no saber en qué invertirlo».

Para Nan Keeton, vicepresidenta del Lincoln Center de Nueva York, la competencia no es un problema pero «la calidad de nuestra oferta artí­stica es absolutamente clave para el crecimiento de nuestra audiencia».

Otra forma de evitar saturaciones es «armonizar las polí­ticas culturales»: «La cultura está vinculada a la economí­a, al medio ambiente y los asuntos sociales», por lo que «hay que tener en cuenta polí­ticas también para estos sectores», propuso Damien Pwono, subdirector del Aspen Institute de Washington.

En este sentido, la alcaldesa de Avilés, Pilar Valero, subrayó que la construcción del Centro Niemeyer en esta pequeña ciudad de 80 mil habitantes azotada por el declive de la industria siderúrgica, va acompañada de un proceso de «gran transformación urbaní­stica», al estilo del «efecto Guggenheim» en la ciudad vasca de Bilbao (norte).

«Estamos recuperando la ciudad, el casco histórico, la rí­a, y queremos hacer de la cultura el elemento fundamental de transformación de Avilés. El centro cultural impulsará el desarrollo territorial y seguro que va a significar desarrollo económico y desarrollo social», prometió.

«Me gustarí­a que haya una ópera china en la temporada inaugural del Centro Niemeyer.»

Linus Fung

Directora del Hong Kong Cultural Center