Todaví­a no hay papeleta


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La estrategia polí­tica que sigan en estos dí­as los dos candidatos con problema para quedar inscritos como candidatos de cara a la contienda electoral de septiembre será fundamental para sostener a sus partidos formados, juntos y con vida. Me refiero especí­ficamente a los casos de Harold y doña Sandra y por supuesto a sus respectivos partidos UNE y ViVa. Tienen que pensar muy bien en qué momento presentar los recursos ante los tribunales porque esto podrí­a afectar bastante el resultado final de sus agrupaciones.

John Carroll

 


En el caso de la UNE,  derivado de la cancelación de la asamblea planificada para el sábado pasado en donde se especulaba podrí­an desistir definitivamente en sus intenciones de tener como candidata a la señorita Torres colocando a candidatos alternativos de emergencia,  echaron toda la carne al asador al cancelar dicha actividad. Lo que a mi parecer podrí­a indicar que sus expectativas de ser inscrita no son tan malas. Pero regresando al punto de la estrategia, me parece que no veremos por el momento la presentación de un recurso ante la Corte de Constitucionalidad en el afán de seguir haciendo campaña con una figura fuerte de caudillo al mando. Esto le ayudarí­a a los uneí­stas a frenar la erosión polí­tica que sufren en las últimas semanas, total ya tenemos rato de estar pendientes de si la señora va o no  y mientras tanto la masiva publicidad continúa ayudando a su marca, la de la UNE, a mantenerse con vida y con un caudal electoral como menos interesante. Probablemente la estrategia sea esperar unos buenos dí­as para enfrentarse a la Corte, porque si lo hace inmediatamente y le niegan la participación en última instancia la UNE ya no puede presentar candidato presidencial y, por lo tanto, el partido sufrirí­a un desinfle tremendo de tal manera que al llegar a septiembre los puestos de diputados y alcaldes conquistados sean mí­nimos.  Si la candidata Torres es inteligente y paciente debiera de concentrarse, con el mismo ahí­nco que lo hace por sus aspiraciones presidenciales, en lograr una bancada poderosa en el Congreso para tener palanca de oposición en el próximo perí­odo y así­ plataformarse como candidata de la próxima contienda.

El caso de Harold es diferente porque obviamente el señor no tiene los recursos disponibles que la señorita derrocha y por lo tanto sus financistas, al menos yo así­ lo harí­a, deben de decirle: “Con mucho gusto te doy el otro millón de pesos pero eso sí­,  te los doy contra entrega de tu carné de inscripción porque eso de darte plata por seis años seguidos y que a la fecha no sepas si podes o no participar como candidato está jodido”.  A Harold en cambio le interesa aclarar su condición lo antes posible, para poder asegurar su flujo de caja y continuar  sumando puntitos en las encuestas.  Seguramente sabe a estas alturas que el triunfo está más que lejano, pero su acuerdo con Encuentro por Guatemala permitirá hacer de ViVa un partido que trascienda aunque sea con unos cuantos diputados.  De lo que si no cabe la menor duda es que mucha de la gente que trabaja con Harold debe de estar muy  molesta porque suena a mucha inexperiencia polí­tica estar atrancado a estas alturas con un error infantil como pudo ser el de dejarle los nombramientos y la gerencia de las iglesias a su señora esposa. No debe de ser fácil entregar así­ como así­ a un desconocido una vaca de efectivo, digo ¡90 vacas de efectivo! Yo en su lugar hubiera hecho exactamente lo mismo: “Mi amor la plata ya se produce, sólo que ahora tú me vas a dar el gasto a mí­ y no al revés” ¿A quién se le ocurre que alguien pueda regalar su productivo negocio sólo así­?

En fin presiento que la definición de la papeleta está lejos de conocerse y la confiabilidad de las encuestas será mucho mejor cuando todo este lí­o esté resuelto.