Ejército congolés tomó una posición estratégica



Las Fuerzas Armadas de la República Democrática de Congo (FARDC) se apoderaron de Mushake (este), lo que presentaron como una «gran victoria» y una etapa necesaria antes de lanzar una ofensiva contra los bastiones del rebelde Laurent Nkunda.

«La 82ª brigada se encuentra en Mushake y controla ahora todas los puntos de la localidad», declaró el jefe del estado mayor, el general Dieudonné Kayembe, que llegó recientemente a Goma, capital de la provincia de Norte-Kivu.

«La toma de Mushake representa una gran victoria para las FARDC. Era un nudo, un cerrojo», celebró el jefe del ejército congolés, tras dos dí­as de intensos tiroteos contra las posiciones rebeldes, situadas sobre una colina a unos 40 km al noroeste de Goma.

«Los insurgentes dejaron más de 50 cadáveres» en el campo de batalla y las FARDC perdieron «cuatro soldados» desde el inicio de la ofensiva lanzada el lunes en la región de Sake, a 30 km al noroeste de Goma, afirmó.

Por su parte, la Misión de Naciones Unidas en la RDC (MONUC), que proporciona apoyo logí­stico al ejército, indicó haber evacuado a más de 50 soldados leales heridos.

Fue imposible en la mañana del miércoles entrar en contacto con los rebeldes de Nkunda.

El lunes, las fuerzas gubernamentales lanzaron una vasta ofensiva y recuperaron el control de varias localidades de la región en torno a Sake. El primer dí­a habí­an avanzado unos diez kilómetros, pero después les costó más penetrar en las lí­neas enemigas.

Mushake representaba un cerrojo estratégico que el ejército querí­a forzar a toda costa, para liberarse el flanco oeste antes de continuar su ofensiva hacia el norte.

«Pensamos que a partir de Mushake podremos avanzar hacia el norte. Desde esta mañana, también controlamos enteramente Kingi (localidad situada a unos 10 km al norte de Sake), lo que abre el camino hacia Kirolirwe», explicó el general Kayembe.

Cientos de soldados de varias brigadas (14ª, 82ª, regimiento de blindados) fueron movilizadas en esta batalla.

Según un oficial occidental, la toma de Mushake, necesaria para la continuación de las operaciones, es sólo la primera etapa de una ofensiva que se anuncia larga y difí­cil.

«Quedan todaví­a focos de insurgentes por limpiar al suroeste de Mushake, donde las FARDC deben consolidar sus posiciones. Después subirán en dirección (de las montañas) de Kirolirwe y extenderán, y por lo tanto debilitarán, su dispositivo», consideró.

Desde mediados de agosto, esta provincia fronteriza con Ruanda es escenario de enfrentamientos entre las FARDC, que reunieron a más de 20.000 hombres, y unos 4.000 soldados insurgentes aliados a Nkunda.

Tutsi congolés, Nkunda se presenta como defensor de su comunidad contra los rebeldes hutus ruandeses instalados en el este del paí­s. Acusa al ejérctio de apoyar a éstos últimos y se niega categóricamente a entregar las armas pese a los repetidos llamamientos de Kinshasa y las intensas presiones diplomáticas, esp