Deciden supervisar la transferencia de tecnologí­a



La transferencia de tecnologí­as limpias de los paí­ses ricos a los pobres será supervisada por un órgano oficial, gracias a una de las primeras decisiones tomadas hoy en la conferencia sobre el cambio climático de Bali (Indonesia).

En el segundo dí­a del encuentro, se decidió permitir que uno de los dos órganos permanentes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) compruebe que los paí­ses ricos transfieren la tecnologí­a prometida.

«Es muy importante que se trate este problema», declaró el secretario ejecutivo de la Convención, el holandés Yvo de Boer.

«Los paí­ses en ví­as de desarrollo tienen la impresión de que los paí­ses ricos no hacen lo suficiente para transferir tecnologí­as» que les permitan producir una energí­a menos contaminante, agregó.

Estas tecnologí­as podrán permitir, por ejemplo, que las centrales térmicas de los paí­ses emergentes reduzcan sus emisiones de gases con efecto invernadero, responsables del calentamiento del planeta.

Este organismo «podrá ver en qué medida los paí­ses industrializados cumplieron con sus compromisos de transferencia de tecnologí­as a los paí­ses en ví­as de desarrollo», afirmó Yvo de Boer.

Representantes de más de 190 paí­ses se reúnen en la isla indonesia de Bali hasta el 14 de diciembre para diseñar la hoja de ruta de las negociaciones destinadas a prolongar más allá de 2012 la aplicación del Protocolo de Kioto.

Otra decisión técnica importante fue tomada el martes, con la creación de un grupo de trabajo encargado de concebir el marco y el calendario de las negociaciones sobre el cambio climático después de Bali, afirmó De Boer.

La misión de este grupo será identificar los elementos clave que formarán parte de futuras negociaciones y preparar el terreno para la llegada de los ministros a Bali la próxima semana.

Las delegaciones comenzaron a avanzar sus peones en una negociación de las que los paí­ses en ví­as de desarrollo esperan obtener ayuda técnica y financiera.

«Financieramente no tenemos suficientes recursos para adaptarnos al impacto» del cambio climático, afirmó Thy Sum, un delegado camboyano.

«Necesitamos llamar a los paí­ses ricos para que proporcionen ayuda económica y tecnológica para soportar las consecuencias del cambio climático», agregó.

Un reciente informe cientí­fico afirmó que pese a que los paí­ses industrializados son los principales responsables del calentamiento, son las naciones en ví­as de desarrollo las que sufrirán las peores consecuencias, con hambrunas, sequí­as, inundaciones y violentas tormentas.

Del otro lado del tablero, los paí­ses industrializados hicieron hincapié en la necesidad de que las naciones en ví­as de desarrollo se sumen a los esfuerzos de reducción de emisiones contaminantes.

«Creemos firmemente que, en el marco de un acuerdo global sobre el clima para el cual esperamos que se lancen las negociaciones en Bali, es necesario que los paí­ses en ví­as de desarrollo reduzcan sus emisiones en un 30% antes de 2020», declaró Nuno Lacasta, coordinador de la delegación portuguesa y portavoz de la UE.

La UE ya se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 20% de aquí­ a 2020, e incluso un 30% si los otros paí­ses industrializados también se suben al tren.

«Se trata de un inmenso desafí­o. Según nuestros analistas, es posibles en el plano tecnológico y soportable económicamente», dijo Lacasta.

La UE piensa alcanzar este objetivo mejorando su eficacia energética y promoviendo las energí­as renovables y los biocarburantes.

«Estas medidas son el tipo de iniciativas que podrí­an tomar otros paí­ses, entre ellos los paí­ses en ví­as de desarrollo», consideró Lacasta.

En cuanto a Estados Unidos, podrí­a, según el portavoz europeo, reducir sus emisiones en 4,5 gigatoneladas antes de 2030 «con un coste moderado». Esta cantidad «representa la totalidad de lo que emite actualmente la UE en su conjunto», precisó.