El partido del presidente ruso, Vladimir Putin, logró un triunfo abrumador en las elecciones legislativas del domingo, que fue recibido por la oposición con acusaciones de fraude electoral, mientras la atención se concentraba este martes en el futuro político del mandatario.
Después de escrutadas 98% de las balotas, el partido Rusia Unida de Putin obtenía 64,1% de los votos, lo que le otorga una mayoría constitucional de más de dos tercios de los escaños en la Duma estatal, anunció la Comisión Central Electoral (CCE).
El Partido Comunista llegaba en un distante segundo puesto, con 11,6%, mientras que otros dos partidos favorables al Kremlin –el ultranacionalista LDPR y el de centro-izquierda Una Rusia Justa– tenían 8,2% y 7,8% respectivamente.
Los comunistas, así como los partidos liberales que no lograron superar el tope del 7% mínimo para tener bancas en el parlamento, dijeron que se trataba de una de las votaciones más deshonestas en la historia rusa y anunciaron protestas.
Las elecciones se hicieron sin la vigilancia del equipo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que canceló su misión el mes pasado debido a la falta de cooperación rusa.
El jefe de la misión de observación de la asamblea parlamentaria de la OSCE criticó este lunes las elecciones legislativas en Rusia, señalando que estuvieron lejos de responder a los «criterios» de esta organización.
«Estas elecciones no respondieron a numerosos compromisos y criterios que nosotros tenemos en la OSCE y en el Consejo de Europa», declaró Gí¶ran Lennmarker, presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, durante una conferencia de prensa en Moscú.
«La fusión del Estado y de un partido político es un abuso de poder y una violación evidente de los criterios internacionales», agregó Lennmarker.
Estos comicios dieron la señal de partida para las elecciones presidenciales en marzo del año próximo, cuando Putin deberá dejar el poder después de servir el máximo de dos períodos consecutivos en la jefatura del Estado.
Aunque hasta la fecha ninguna personalidad que parezca tener la posibilidad de conquistar la presidencia se ha presentado, los candidatos deben registrarse para la votación a más tardar el 23 de diciembre.
Rusia Unida indicó que nombrará a su candidato el 17 de diciembre.
Los resultados fueron recibidos con satisfacción por el Kremlin, que había equiparado estas elecciones con un referéndum sobre la actuación de Putin.
Pero el Partido Comunista pidió a los rusos que protestaran ante estos resultados y afirmó que pedirá a la Corte Suprema que impugne la validez de estos comicios, alegando violaciones masivas.
Otros siete partidos no lograron pasar el tope del 7% requerido para entrar al parlamento. Es la primera vez desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991 que la oposición liberal no logra conquistar ni un solo escaño.
El director de la CCE afirmó por su parte que no hubo fraudes que pusieran en duda la credibilidad de estos comicios, según la agencia de noticias Interfax.
Por otra parte, un miembro de la CCE rechazó las críticas europeas y dijo que los observadores occidentales que criticaron estos comicios estaban cumpliendo con «una orden política», indicó Interfax.
Sin embargo, los resultados en algunas regiones del país parecían tan desequilibrados que recordaban las cifras de «elecciones» en la ex Unión Soviética, ya que las provincias del norte del Cáucaso mostraban una participación de casi 100%.
Se trata de un gran contraste con el resto del país, que registró una participación de aproximadamente 62%.
Sin embargo, en los próximos días los analistas se concentrarán más en el futuro político de Putin, quien dijo que una fuerte victoria en el parlamento le daría un mandato «moral» para conservar un papel político.
Los miembros del parlamento tienen inmunidad legal en Rusia.
El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, manifestó hoy su «preocupación por el desarrollo de las elecciones rusas», en particular por «la libertad de expresión y la libertad de reunión», según un portavoz.
«La secretaría general de la OTAN ha manifestado su preocupación concerniente al desarrollo de las elecciones», dijo el vocero a la prensa en Bruselas.
El secretario general De Hoop Scheffer dijo estar especialmente preocupado por «la libertad de reunión y la libertad de expresión», agregó.