Rosada: Virtual cerco militar hacia el Presidente de la República


El Acuerdo sobre el Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática dio lugar a la creación de dos entidades que sustituyeron al Estado Mayor Presidencial.


Por un lado se creó la Secretarí­a de Análisis Estratégico (SAE) y por otro la Secretarí­a de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS), ambas dependientes de la Presidencia de la República.

El Presidente electo ílvaro Colom, quien se ha definido como socialdemócrata, ha anunciado que buscará integrar un gabinete de gobierno que refleje la unidad nacional. En el área de la seguridad anuncia que uno de sus financistas durante la campaña electoral, el capitán retirado Carlos Quintanilla, será el futuro Secretario de la SAAS y que el capitán retirado Gustavo Solano serí­a el Secretario de la SAE. Para conocer hacia dónde se dirige la seguridad presidencial entrevistamos al ex secretario de la Paz, Héctor Rosada, presidente del Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica (CEESC)

Como Secretario de la Paz en el perí­odo del presidente Ramiro de León jugó un papel importante en la elaboración de los Acuerdos de Paz; ¿en qué se fundamenta el Acuerdo sobre el Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática?

La comisión que me tocó presidir durante el perí­odo junio de 1993 a diciembre de 1995, no llegó a negociar este tema con la delegación de la URNG; sin embargo, como una previsión ante futuros temas, a mediados de 1994 formamos varias mesas de trabajo responsables de analizar los temas pendientes en la agenda de las negociaciones de paz; uno de ellos fue ese.

Tení­amos como parámetro el posicionamiento de nuestra contraparte, expresado en los documentos que hicieron públicos durante la administración del ex presidente Serrano Elí­as, siendo fácil identificar que lo que se buscaba era poner fin al desborde militar sobre los aparatos del Estado y, en particular, a la virtual captura que el Estado Mayor Presidencial habí­a efectuado sobre la persona del Presidente de la República; ellos eran los primeros que le hablaban y los últimos en hacerlo, es decir, le asistí­an al levantarse y le daban parte antes de que se retirara a dormir.

Claro está que el Acuerdo deberí­a incluir otros temas (Reformas Institucionales en el Estado y el Gobierno; Seguridad Pública, Empresas Privadas de Seguridad, Tenencia y Portación de Armas, la Función del Ejército en una Sociedad Democrática, Profesionalización del Servidor Público y Participación Social), pero en esencia fue lo fundamental.

¿Dentro de ese contexto nació la SAE y la SAAS?

Aunque no llegamos a profundizar en este Acuerdo, debido a las presiones propias de los temas que tení­amos en proceso, algo quedaba totalmente claro: era indispensable romper el cí­rculo de poder que el mando militar habí­a tejido alrededor del Presidente y, para ello, habí­a que diseñar un mecanismo que separara las funciones de protección presidencial, vicepresidencial y de sus familias, de aquella destinada a generar productos de inteligencia estratégica para que el mandatario contara con una base objetiva, certera y verificable sobre la cual basar sus decisiones de Estado.

Haber anticipado este punto fue lo que generó el surgimiento de la primera SAE, es decir del primer espacio de inteligencia estratégica concebido al interior de las redes del poder militar de ese entonces; esto se hizo a partir de iniciativas que surgieron dentro del Estado Mayor Presidencial de esa época y, de alguna forma, lo que llegó a significar fue una especie de proceso de transición desde el Archivo ?unidad de inteligencia polí­tica del EMP? hacia una nueva institucionalidad aún con fuerte presencia militar.

Este proceso ha sido lento y a veces reversible, por ejemplo, durante el gobierno de Arzú continuó mediante una militarización solapada del tema, para dar un salto cualitativo durante el gobierno Portillo, quien, aunque se resistió a disolver el EMP, no puso resistencia a la formación de la SAAS, y aceptó y apoyó la generación de una SAE civil y profesional.

¿Cree usted que la SAE cumple hoy con los objetivos para los que fue creada y por qué se ha propuesto su transformación en la Secretarí­a de Inteligencia de Estado (SIE)?

Difí­cilmente podrí­a hacerlo, después del desmoche sistemático y progresivo a que se ha visto expuesta, como efecto de las erráticas polí­ticas que el actual gobierno le ha aplicado: cambios casi anuales en su nivel superior de mando, despido de los mejores elementos con que contaba, incluyendo algunos de ellos capacitados en los mejores centros de inteligencia estratégica en el exterior del paí­s, y alteraciones permanentes en su misión y función, aparte de haber incorporado a recursos humanos no aptos para ejercer los cargos que les fueron asignados y de una competencia desigual con los centros de inteligencia privada que, hoy por hoy, nutren los más altos niveles de decisión polí­tica en nuestro paí­s.

Todo ello justifica y exige que, cuanto antes, se proceda a una reingenierí­a de la inteligencia estratégica actual, a fin de proceder a generar un espacio en esta materia que exprese la capacidad del Estado de articular en los ámbitos de funcionamiento establecidos en la propuesta de Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad, la información e inteligencia frente a amenazas, riesgos y vulnerabilidades internas y externas, en lo fundamental, coordinando el Sistema de Inteligencia del Estado, situación que a este momento la SAE no serí­a capaz de enfrentar.

En el caso de la SAAS, ¿se ha alejado de los objetivos para los que fue creada?

Pese a los embates recibidos al inicio del actual gobierno y a la concomitante debilitación que eso le ha significado, creo que aún esta estructura está en capacidad de llevar adelante su mandato, eso sí­, si no se prosigue con decisiones que la retornen a prácticas del pasado, como serí­a volver a colocarla bajo mando militar, ya se trate de oficiales en servicio activo o en situación de retiro.

Según el objetivo y la naturaleza de la SAE y la SAAS ¿Cuál es el perfil que deben llenar los secretarios de ambas instituciones?

Para el mando superior de la SAAS deberí­a tratarse de un civil con probada experiencia en seguridad presidencial, con capacidad analí­tica para procesar los productos de inteligencia estratégica, con un amplio conocimiento y comprensión de los procesos históricos y estructurales que generaron la transición de la guerra a la paz en nuestro paí­s. Para el mando superior de la SAE, además de todos los requisitos anteriores, deberí­a tratarse de alguien con visión de Estado, pensamiento democrático y profundos conocimientos y experiencia en materia de inteligencia estratégica.

El presidente electo ílvaro Colom ha anunciado como futuros secretarios de SAE y SAAS a los capitanes retirados Gustavo Solano y Carlos Quintanilla, respectivamente, ¿ellos llenan el perfil requerido para la dirección de dichas instituciones y su posible nombramiento no contradice el Acuerdo sobre el Fortalecimiento del Poder Civil?

Obviamente estos nombramientos vulnerarí­an el espí­ritu y el fondo del Acuerdo de Paz respectivo pero, además, nos pondrí­an en la compleja situación de retornar al pasado, ante el inminente peligro de generar las condiciones propicias para el desarrollo de un virtual cerco militar hacia la persona del Presidente de la República; se tratarí­a, indudablemente, de darle vida de nuevo a un Estado Mayor Presidencial travesti.

«Estos nombramientos? nos pondrí­an en la compleja situación de retornar al pasado? se tratarí­a indudablemente de darle vida de nuevo a un Estado Mayor Presidencial travesti».

Héctor Rosada.

Sociólogo.