Las redes sociales están llenas de indignados hoy en día. Ese movimiento que empezó con un breve folleto, escrito por Stéphane Hessel, bajo el título original Indignez-vous!, y aparecido en la prensa en diciembre de 2010, ha invadido al mundo con una velocidad y una praxis impresionante, al punto que en la hoy postrada Europa del sur, y muy al norte, sirve de fuente de catarsis y expresión de millones de seres humanos, y lo que es más importante aún: de todas las tendencias políticas e ideológicas, y de todas las edades y condiciones sociales.
Pero ¿quién es ese señor tan interesante de apellido Hessel quien evoca a Walter Benjamin y la muestra pictórica denominada “Angelus Novusâ€, que ha inspirado a diversos filósofos y sociólogos, y que se encuentra exhibida en el museo de Israel en Jerusalén?
Se trata inicialmente de un sentimiento judío inspirado de manera tremenda por los avatares que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial, y que incluso hoy Hessel tiene la osadía de trasladarlo a la sitiada franja de Gaza, convirtiéndose también en un activista en pro de la liberación de los palestinos, teniendo la fuerza moral de tratar de persuadir a los mandos de la Israel actual de buscar la paz a cualquier costa.
Rememora Hessel, evocando al malogrado filósofo alemán Walter Benjamin, que debemos reflexionar sobre “esa tempestad a la que llamamos progresoâ€. Se trata así de un progreso inspirado por lo que Hessel denomina como “pensamiento productivistaâ€, que priva en el hemisferio occidental, y que ha arrastrado nuevamente al mundo a una nueva crisis económica y financiera “de la que hay que salir a través de una ruptura radicalâ€.
Se trata, a mi juicio, de una ruptura que intente dominar de una vez por todas a la financierización de la economía, al imperio de los especuladores financieros, y el dominio de las ciencias y de las tecnologías, precisamente por estos especuladores, quienes vienen operando bajo la ética del fraude inocente, y el fraude tangible y palpable, haciendo desechables todas las necesidades humanas, incluso el derecho al trabajo digno.
Hessel llama primeramente a renunciar a la indiferencia, que es la peor de todas las actitudes humanas en estos tiempos. Por razón parecida los estudiantes franceses se revelaron hace un tiempo en contra de la enseñanza de la economía, llamándola una “ciencia autísticaâ€, que ignora y es indiferente al dolor de tanta gente y a las necesidades y aflicciones colectivas.
El folleto ¡indignaos! hace un llamado a la ética, a la justicia y al equilibrio duradero, algo muy parecido al “desarrollo sostenible†o “durable†como le dicen los franceses. Se trata así del advenimiento pleno de la “sociedad del riesgoâ€, como le llama el conocido autor alemán Ulrich Beck, quien pronostica que el mundo de hoy no es el de la lucha antañona de clases, sino la unión colectiva ante el miedo, el terror, la violencia, las guerras y los desastres que se vienen.
Quién más que Hessel, el último sobreviviente de los ponentes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y sobreviviente de los genocidios hitlerianos para lanzarse con su voz a los jóvenes y ciudadanos globales.
¡Estaremos dentro de poco implementando un taller en SOPHOS sobre “Lecturas para Indignadosâ€: temas fundamentales para comprender el mundo de hoy! Ojalá, ayude a combatir la indiferencia guatemalteca.