Beltrán disfruta del juego


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Cuando Carlos Beltrán salga hoy en el Juego de Estrellas, su participación pasará a la libreta de trivias.

Ahora que las Grandes Ligas decidieron el uso del bateador designado en los estadios de ambas ligas en el clásico de mitad de temporada, el puertorriqueño será el primero que cumpla esa función con un equipo de la Liga Nacional.

Por ERIC Níší‘EZ
PHOENIX / Agencia AP

Sin importar la tarea asignada por Bruce Bochy, el manager del Viejo Circuito, Beltrán entiende que su mera presencia en el estadio Chase Field de Phoenix rescata su relieve como pelotero, cuando hace un año se le consideraba como alguien acabado por sus maltrechas rodillas.

«Esto es un privilegio, el premio a todo el sacrificio y empeño que puse para volver al terreno», dijo Beltrán, quien este año tuvo que aceptar ceder su puesto de jardinero central con los Mets de Nueva York y pasar a cubrir el izquierdo.

Beltrán llegó a la pausa con un promedio de .285, liderando a los Mets en jonrones (13) y remolcadas (58).

«Tuvo dos años muy difí­ciles por las lesiones y por eso fui el primero con lo que felicité cuando anunciaron que iba al Juego de Estrellas», dijo su compañero y torpedero José Reyes. «Cuando está saludable es uno de los mejores jugadores de las mayores».

Y usar a Beltrán como designado fue una idea que entusiasmó a Bochy.

«Me gusta el hecho que sea ambidiestro y que sea veloz. Lo pusimos en el segundo turno. Está teniendo un magní­fico año para los Mets», dijo el piloto de los Gigantes de San Francisco. «Me decidí­ con esta ví­a. Quizás tengas dos turnos y luego pondré a otro designado».

También ayuda que podrá batear a la izquierda frente a Jared Weaver, el as de los Angelinos de Los Angeles que abrirá por la Liga Americana.

Intrigante es que seguirá las órdenes del piloto de un club que ha sonado como posible destino de Beltrán mediante un cambio antes de la fecha lí­mite del 31 de julio.

El contrato de Beltrán de siete años con los Mets expira al final de la temporada y los rumores en torno a su nombre son intensos.

Como un ritual, los reporteros que cubren clubes posiblemente interesados en los servicios del boricua no desperdiciaron la oportunidad de preguntarle sobre si aceptarí­a ser transferido a «x» o «y» equipo, para lo cual debe declinar a su facultad de veto.

Con 34 años, Beltrán conoce de memoria la experiencia de ser mencionado como objetivo de un canje. Eso fue lo que vivió en 2004, cuando los Reales de Kansas City lo traspasaron a los Astros de Houston, donde redondeó una postemporada sensacional.

«No depende de Carlos Beltrán, sino de los Mets de Nueva York», dijo sobre la posibilidad de un cambio.

«Los Mets lo saben, tienen claro que estarí­a dispuesto si me quieren cambiar. Lo único que quiero es ir a un club con posibilidad de ir a los playoffs».

¿Boston? «Están en el primer lugar. Obvio que sí­».

La preferencia de Beltrán es quedarse en Nueva York, donde considera que el equipo —por ahora apenas encima de la marca de .500— puede dar pelea si logra recuperar a los lesionados Reyes, David Wright, Ike Davis e incluso Johan Santana.

«Estamos jugando bien, estamos ganando. Hay que esperar», indicó.