China: no se prevén grandes reformas


Sobresaliente. Unos chinos de una etnia minoritaria caminan frente al Gran Salón, en la Plaza de la Gente de Tiananmen. China ha logrado sobresalir a nivel mundial, gracias a una prudente administración de Hu Jintao. (AFP / La Hora)

El número uno chino Hu Jintao se ha destacado hasta la fecha por su talento de administrador prudente, pero a pesar de su promesa de luchar contra las desigualdades sociales en China, su segundo mandato no anuncia una era de grandes reformas.


El secretario general del Partido Comunista, también Presidente de la República, será nombrado para un nuevo mandato de cinco años en ocasión del 17º congreso que comienza la semana próxima.

En lo que respecta a las reformas polí­ticas, Hu Jintao, que cumplirá 65 años en diciembre, decepcionó rápidamente las esperanzas de quienes veí­an en él a un digno sucesor de su mentor, Hu Yaobang, el número uno del partido sacrificado en 1987 y quien sin duda alguna fue uno de los dirigentes chinos más audaces en materia de proyecto de democratización del régimen.

«Antes de que asumiera sus funciones, todo el mundo murmuraba que Hu Jintao era un reformista. Pero cuando estuvo en el poder no hizo reformas. Decepcionó a mucha gente», afirmó Joseph Fewsmith, un experto en China de la Universidad de Boston (Estados Unidos).

«Liu Binyan (escritor y periodista disidente fallecido en 2005) decí­a que el único defecto de Hu Yaobang era no haber sabido jamás elegir a los hombres que trabajaban con él, Hu Jintao era uno de esos», señaló Jean-Philippe Béja, un especialista de la polí­tica china en el Centro de Estudios e Investigaciones Internacionales de Parí­s.

Aunque Deng heredó una China en plena bancarrota después de la Revolución Cultural, y si bien Jiang Zemin tuvo que hacer frente a la grave crisis después de 1989, Hu Jintao tuvo un recorrido con menos sobresaltos y se benefició de los logros de Jiang.

«La situación económica global es seguramente una de las mejores de toda la historia, debido a los primeros efectos del ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio» (en 2001), señaló Mao Shoulong, un experto de polí­ticas públicas de la Universidad Popular de Pekí­n.

Para muchos expertos, la principal tarea de Hu en los próximos cinco años, además de la cuestión de su sucesión, será ocuparse de las desigualdades sociales.

«Sigue siendo un problema bastante grave y seguramente continuará siendo el centro de las polí­ticas gubernamentales», afirmó Mao.

«Las medidas más importantes, y las más populares, que podrí­an salir de este congreso para la gente de la calle, serán las etapas suplementarias para reducir las diferencias de ingresos chocantes y todaví­a crecientes entre las ciudades y el campo, entre la costa y el interior», opinó Sidney Rittengerg, un sinólogo estadounidense, ex miembro del Partido Comunista Chino y cercano colaborador de Mao.

Durante los últimos tiempos, Hu se refirió en varias oportunidades a una democratización del partido, pero tampoco hay que esperar grandes reformas en ese sentido, según algunos analistas.