Deporte narcotizado



Como todos los años, Guatemala espera lo que se ha dado por llamarle «el mayor evento deportivo del año», es decir, la Vuelta Ciclí­stica de Guatemala.

Sin embargo, para este año parece no despertar muchas pasiones, debido a que este acontecimiento fue golpeado, años atrás, por el uso de narcóticos para mejorar el rendimiento de los ciclistas.

El uso de drogas para mejorar el rendimiento en el deporte, no es exclusividad de Guatemala. De hecho, es un fenómeno que está causando serias contusiones en las actividades deportivas mundiales.

He ahí­, por ejemplo, el reciente anuncio de la plusmarquista en velocidades cortas, la estadounidense Marion Jones, quien aceptó recientemente haber utilizado esteroides prohibidos para el deporte, y, pese a sus laureles, se vio obligada a renunciar de sus actividades atléticas.

Este año, por no recordar los anteriores, en el béisbol de las Grandes Ligas dejó de ser escenario de las luchas de cuadrangulares, a consecuencia de que se puso el ojo en el supuesto uso de los esteroides.

El toletero dominicano Sammy Sosa, desde entonces, no ha sido ni la sombra; Barry Bonds, jardinero de los Gigantes de San Francisco, con suerte logró superar a Hank Aaron en la marca de todos los tiempos de cuadrangulares. Bonds lució este año tan vulnerable, y no pareció aquel que lograba pegar 60 o 70 vuelacercas en una temporada.

Volviendo a la Vuelta Ciclí­stica en Guatemala, habrá por supuesto muchas ausencias; unos, en especial los ganadores de años anteriores, debido a suspensiones, ya que se les evidenció el uso de sustancias prohibidas.

Otros, que se han retirado, antes de que les pasen la prueba antidopaje.Y no es un fenómeno, como dije, exclusivo de Guatemala. El «Tour de France» también fue initimidado por las pruebas, y muchos decidieron retirarse.

¿De quién es la culpa? Muy probablemente sea la proyección del deporte como un producto más del consumismo. Antes, los deportistas eran admirados por su garra y tenacidad. Hoy dí­a, el mercado ha hecho un enorme negocio con este espectáculo, y ha motivado una severa presión sobre los deportistas. «El que no rinde, no sirve; y el que no sirve, no sale en televisión», la que parece ser la nueva consigna del deporte.