Prepara informe


Espera de informe. Conductores de bicitaxis esperan por personas que quieran ser trasladadas, en el mercado de Yangon, Myanmar. Se espera que el enviado de la ONU ofrezca su punto de vista de los conflictos birmanos. (AFP / La Hora)

El emisario de la ONU, Ibrahim Gambari, preparaba hoy un informe sobre sus conversaciones con la junta militar y la opositora Aung San Suu Kyi, mientras la comunidad internacional manifestaba su inquietud por la violenta represión de las manifestaciones en Birmania.


Las fuerzas de seguridad en Rangún, la principal ciudad birmana, mantení­an su férreo control.

Gambari se encontraba en Singapur, desde donde tiene previsto viajar a Nueva York para informar sobre su visita a Birmania al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, probablemente el jueves.

El enviado especial recorrió Birmania durante cuatro dí­as para llevar a cabo discusiones con los dirigentes de la junta en su remota capital, Naypyidaw, y reunirse en dos oportunidades con la Premio Nobel de la Paz Aun Sang Suu Kyi, quien se encuentra bajo prisión domiciliaria en Rangún.

El veterano diplomático nigeriano fue enviado a Birmania para expresar la indignación internacional por la violenta represión lanzada por la junta militar contra las pací­ficas manifestaciones de la semana pasada, que dejaron por lo menos 13 muertos y más de mil detenidos.

Sin embargo, un ex mediador que ayudó a realizar negociar importantes contactos entre la junta y la oposición advirtió que la crisis está lejos de haber terminado y que los generales no han dado señales de que estén dispuestos a un compromiso.

Leon de Riedmatten, que actuó como un mediador informal para las Naciones Unidas, afirmó que esperaba que la visita de Gambari tendrí­a resultados positivos, pero advirtió que «también debemos ser muy realistas con respecto a la situación».

Los generales birmanos «nunca negociaron nada, siempre impusieron su posición y su voluntad, y yo no creo que eso haya cambiado ahora», declaró de Riedmatten a la AFP en una entrevista en Bangkok.

Hasta ahora, los militares birmanos, que han gobernado con mano de hierro durante 45 años, no dieron señales de suavizar su posición.

Funcionarios locales y de la ONU dijeron que por lo menos 1.000 personas están detenidas sin instalaciones sanitarias dentro de un depósito en un campus de Rangún.

Un oficial militar de grado intermedio escapó a Tailandia en la primera deserción conocida desde esta ola de represión. Aparentemente partió de Birmania porque se negó a obedecer una orden de atacar a monjes budistas que lideraban manifestaciones, dijo un alto oficial de inteligencia en Bangkok.

En Rangún, las tropas redujeron su presencia en las calles, pero soldados con perros especialmente entrenados patrullan las paradas de autobuses y los mercados.

Todaví­a hay camiones militares estacionados cerca del ayuntamiento y de la Pagoda Sule, a poca distancia del lugar donde un periodista japonés muriera mientras cubrí­a los acontecimientos.

Muchos habitantes dijeron que los monjes que viví­an en los monasterios de la vecindad habí­an desaparecido, y que probablemente estaban heridos, habí­an sido arrestados u obligados a regresar a sus aldeas.

Las manifestaciones comenzaron a mediados de agosto después de un fuerte aumento del precio del fuel, pero hace dos semanas aumentaron en intensidad, convirtiéndose en la mayor amenaza al régimen de los últimos 20 años, cuando los monjes comenzaron a liderar el movimiento, llevando a las calles a unas 100.000 personas.

Las protestas disminuyeron después de la represión, y esta semana los habitantes de Rangún comenzaron a reabrir sus comercios.

Los medios estatales casi no mencionaron las conversaciones de Gambari con el jefe de la junta, el generalí­simo Than Shwe, quien en la única foto difundida de su reunión parecí­a estrechar la mano del emisario.

Japón indicó que estudiaba la posibilidad de poner fin a su ayuda a Birmania después de que el periodista Kenji Nagai fuera muerto a balazos.

Acuerdan sanciones

Los 27 paí­ses de la Unión Europea se pusieron de acuerdo hoy para reforzar las sanciones del bloque contra Birmania, indicó la presidencia portuguesa de la UE.

Esta decisión de principio fue adoptada durante un encuentro de embajadores de los 27 en Bruselas y deberá ser confirmada por los cancilleres europeos en su reunión del próximo 15 de octubre en Luxemburgo, según la presidencia.

La naturaleza de las nuevas sancinoes no fue precisada.

la UE habí­a amenazado la semana pasada a la junta birmana con sanciones adicionales en caso de represión contra las manifestaciones iniciadas por los monjes budistas, tal como finalmente ocurrió.