Errar es de humanos, y aceptarlo es de sabios. Por tal motivo, no debe ser sorpresa que estos policías hayan dejado las llaves dentro de la radiopatrulla, e intenten abrirla con un alambre. Por un lado, hay que felicitar la precaución de los agentes, ya que el índice de delincuencia en la ciudad es muy alto, por lo que hay que cerrar con piedra y lodo los automóviles. Por otro lado, no creo que nadie se ofrezca para ayudarlo, ya que estas «malas artes» de abrir vehículos podrían «quemar» a un probable samaritano.