Medios en apuros por escándalo de espionaje


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Ahora que el más poderoso tabloide de Gran Bretaña se derrumbó, las redacciones de Londres están sintiendo la presión.

Por RAPHAEL G. SATTER
LONDRES / Agencia AP


Los reguladores de los medios y los ex periodistas dicen que las prácticas que realizaba el desaparecido News of the World son comunes en toda la industria de medios en el paí­s. El escándalo dejó a 200 periodistas sin empleo, a dos personas sentenciadas a prisión y a un ex editor en jefe bajo arresto, por lo que aquellos detrás de los encabezados se preguntan si serán los siguientes en caer.

«Es una advertencia para Fleet Street», dijo el viernes el especialista en relaciones públicas Max Clifford al referirse al apodo con el que se identifica a los diarios nacionales, por la calle donde solí­an ubicarse sus redacciones. «Muchos periodistas hicieron cosas similares por muchos, muchos años».

Clifford seguro lo sabe. Además de ser uno de los representantes de medios de comunicación con mejores relaciones del paí­s, también es una de las ví­ctimas más prominentes del escándalo por espionaje telefónico que sacude a los tabloides.

Su enorme acuerdo económico con News of the World — que según algunos fue de 1,6 millones de dólares (un millón de libras esterlinas) — impulsó a otros abogados a demandar al periódico por incurrir en esas prácticas, pero el desarrollo de los casos llevó a revelaciones tan dañinas que resultaron fatales.

El primer ministro David Cameron dio a entender que rodarán más cabezas y dijo en una conferencia de prensa organizada a toda prisa que hubo «algunas prácticas ilegales y completamente inaceptables en News of the World, y posiblemente en otros lados».

A las pocas horas, Scotland Yard estaba en las oficinas del Daily Star Sunday en Londres. El tabloide tiene una circulación de 300.000 ejemplares. Los oficiales se retiraron con un disco duro lleno de material relacionado a Clive Goodman, un ex periodista de News of the World que fue condenado a prisión en 2007 por intervenir teléfonos de asesores de la realeza.

Goodman fue arrestado nuevamente el viernes, en esta ocasión por haber sobornado a la policí­a para obtener información. El ex editor de News of the World y ex vocero de Cameron, Andy Coulson, también fue arrestado. Ambos quedaron libres tras pagar una fianza.

El Daily Star Sunday dijo en un comunicado que nunca «habí­a realizado ninguna nota que pudiera haber surgido de la intervención telefónica», pero así­ como hay dudas sobre ese diario, hay incertidumbre sobre otros periódicos.

Los reporteros sensacionalistas de Londres son famosos por obtener información prácticamente de cualquier fuente, ya sea hurgando entre la basura, hablando en clave ante la policí­a, o entregando cheques para lograr entrevistas difí­ciles.

En un caso célebre, el Daily Mirror envió a un reportero encubierto a trabajar en el Palacio de Buckingham. En otro, el reportero de News of the World, Mazhar Mahmood, se hizo pasar por un jeque de Oriente Medio para engañar a figuras prominentes y obtener indiscreciones comprometedoras.

El prí­ncipe Miguel de Kent le confesó algunas opiniones sensacionalistas, incluyendo una vez en 2005 cuando le dijo que la Princesa Diana era «amargada» y «horrible». En 2001 Mahmood obtuvo comentarios indiscretos de la duquesa Sofí­a, esposa del prí­ncipe Eduardo, que marcaron el fin de la carrera que tení­a ella como representante.

Una de las armas más famosas de los diarios sensacionalistas son los pagos para obtener información personal confidencial, que suele ser entregada por detectives privados dudosos, como Glenn Mulcaire, colaborador de Goodman en la campaña de intervención telefónica, quien también fue sentenciado a prisión.

Un reporte del 2006 de la Oficina del Comisionado Británico de Información, realizado a partir de una investigación a otro detective, identificó a 305 periodistas en 31 publicaciones involucrados en algún intercambio ilegal de información personal, incluyendo algunos datos tomados de los archivos de la policí­a o del registro nacional de placas vehiculares.

«Los diarios siguen involucrándose en una economí­a encubierta dedicada a obtener riqueza de la información personal que la ley les prohibe tener», señala el reporte.

Según algunos ex periodistas, la intervención telefónica es común, aunque algunos observadores dicen que los tabloides dejaron sus prácticas extremas tras el primer arresto de Goodman en 2006.

Paul McMullan, un ex reportero de News of the World, quien actualmente trabaja de forma independiente, le dijo al actor Hugh Grant que los diarios como el popular Daily Mail, intervení­an los teléfonos para obtener sus historias.

«Eran tan sucios como el que más», dijo. «Son los que tienen más dinero».

Lo que no sabí­a McMullan era que Grant también aprovechó una de las prácticas de los tabloides para grabarlo de forma oculta y publicar sus comentarios.