El perfil del próximo Ministro de Gobernación


La solución a la inseguridad ciudadana fue uno de los ofrecimientos torales de campaña por la mayorí­a de presidenciables, sin embargo, parece ser que los candidatos que van a la segunda vuelta comprenden mejor el tema de la seguridad ciudadana; ahora queda conocer ¿Cómo y quién hará realidad esa oferta? Lo escuchado y lo visto a la fecha no es suficiente para inferir la respuesta a estas dos interrogantes. El ¿Cómo? Esta ligado al ¿Quién?, por eso es necesario hacer algunas acotaciones al respecto.


Seleccionar a la persona que ocupará el Ministerio de Gobernación, en base a un perfil predeterminado por las cualidades y capacidades innatas que deberí­a tener, es un desafí­o difí­cil, para quien asuma la Presidencia el próximo año, sin dejar de mencionar que listar esos requisitos podrí­a resultar insultante para aquellos que se han principiado a promover o bien se consideran perfectos para dicho cargo ?algo usual?, por eso lo correcto es listar algunos temas que debe dominar quien sea designado para desempeñar ese cargo.

Inicialmente debe conocer el significado de la Seguridad Democrática, que en la práctica debe sobrepasar el viejo esquema heredado de la II Guerra Mundial, como lo plantea el Tratado Marco de Seguridad Centroamericana (1996), acordado por los presidentes centroamericanos y Panamá a finales de 1995. El Tratado establece en el artí­culo 1. «?el respeto, promoción y tutela de todos los derechos humanos, por lo que sus disposiciones garantizan la seguridad de los Estados centroamericanos y sus habitantes, mediante la creación de condiciones que les permita su desarrollo personal, familiar y social en paz, libertad y democracia. Se sustenta en el fortalecimiento del poder civil, el pluralismo polí­tico, la libertad económica, la superación de la pobreza y la pobreza extrema, la promoción del desarrollo sostenible, la protección del consumidor, del medio ambiente y del patrimonio cultural; la erradicación de la violencia, la corrupción, la impunidad, el terrorismo, la narcoactividad y el tráfico de armas; el establecimiento de un balance razonable de fuerzas que tome en cuenta la situación interna de cada Estado y las necesidades de cooperación entre todos los paí­ses centroamericanos para garantizar su seguridad».

Lo segundo es tener claro que la polí­tica de seguridad estatal responde a la salvaguarda de los intereses nacionales, concebidos por la nación que se pretende proteger; ponderar los riesgos, amenazas y vulnerabilidades capaces de dificultar la consecución de esos intereses y la determinación de las condiciones objetivas y subjetivas, que puedan afectar la implementación de los mecanismos de prevención, control y resolución efectiva de la amenaza.

Tercero, pensar que la definición de la polí­tica de seguridad citada en el párrafo anterior, además de prevenir, disuadir e intervenir con el uso de la fuerza cuando la situación lo exija; también deberá delinear el proceso de reconstrucción de la institucionalidad, no solamente de manera reglamentaria o de depuración de las fuerzas civiles de seguridad y otras dependencias bajo control del Ministerio de Gobernación, sino en la propuesta de un régimen de previsión sociolaboral de quienes prestan su servicio en ese Ministerio, para reducir la corrupción y el deficiente servicio, que hoy prestan.

Y en cuarto lugar debe tener en cuenta que la Seguridad Democrática es algo más que seguridad ciudadana, es también la aceptación de normas referentes a la Defensa interna de cada Estado y de la Región. Esto nos lleva ha meditar en la necesidad de pensar seriamente en la creación de un Ministerio de Seguridad, o bien encontrar la forma de organizar el actual Ministerio de Gobernación, para responder a estos dos ámbitos perfectamente definidos.

Necesaria libertad para integrar equipo

La tarea para quien se haga cargo de ese Ministerio, ni el propio Superman ?si existiera? la podrá desempeñar con éxito a menos que tenga la libertad de integrar un equipo multiacadémico, la habilidad de coordinarlo y el apoyo polí­tico del Presidente para lograr acuerdos con el Organismo Legislativo en la aprobación de leyes relativas a la seguridad, la justicia y la redistribución del presupuesto -otra oferta electoral?, sin estos prerrequisitos será difí­cil que el próximo gobierno alcance un ambiente mí­nimo de seguridad, lo que nos llevará a vivir otros cuatro años en las actuales o peores condiciones; independientemente de quien gobierne de 2008 al 2012.

«El nuevo ministro podrá desempeñarse con éxito a menos que tenga la libertad de integrar un equipo multiacadémico, la habilidad de coordinarlo y el apoyo polí­tico del Presidente para lograr acuerdos con el Organismo Legislativo en la aprobación de leyes relativas a la seguridad, la justicia y la redistribución del presupuesto».