En entrevista exclusiva con Visión Electoral, Otto Pérez Molina, candidato presidencial del Partido Patriota (PP), afirmó que «tristemente» deben recurrir al Ejército para tareas de seguridad ciudadana, porque no se ha fortalecido la PNC. Aseguró que de llegar a la presidencia desclasificará todos los documentos referidos a las acciones del Ejército durante la guerra y prometió resultados en materia de seguridad en el corto plazo.

¿Cómo definirí­a ideológicamente al Partido Patriota?

La definición la hicimos desde que fundamos el partido. Queda recogido en nuestros postulados, en los fundamentos. Somos un partido de ideologí­a liberal y demócrata, y dentro de esto, nosotros decimos, al hablar de la ideologí­a liberal, estamos hablando precisamente de eso, de la ideologí­a, no del pensamiento económico. De todas las conquistas que se han hecho a favor de las libertades especialmente en el hemisferio occidental desde hace muchí­simos años.

En el espectro de derecha e izquierda, ¿Dónde está situado el Partido Patriota?

Somos un partido de centro derecha, algunos nos miran más de derecha que de centro, pero estamos en ese cuadrante. No nos gusta mucho esquematizarnos. De uno a diez de la extrema izquierda a la extrema derecha, me gustarí­a estar entre un seis o un siete, por ejemplo, que es una derecha pero cercana al centro.

Cuándo usted enfatiza en que no son liberales en el ámbito económico ¿A qué se refiere?

Es importante eso, porque nosotros no somos del pensamiento neoliberal. Es cierto que las leyes del mercado determinan todo, pero no en un paí­s como Guatemala, con tanta desigualdad y pobreza, en donde el Estado tiene que jugar un papel importantí­simo en la subsidiariedad, en tratar de buscar la equidad, que la gran desigualdad que existe, no siga prevaleciendo, porque si no, estaremos abriendo más la brecha entre los ricos y los pobres. Entonces, el pensamiento de nosotros, no es neoliberal. Creemos en las libertades del mercado para actuar, pero también creemos en el papel importante que el Estado debe jugar para ir cubriendo lo que la iniciativa privada no puede hacer y no está interesada en hacer y que es una función del Gobierno.

¿Y cuál es la propuesta concreta del Partido Patriota para terminar con la desigualdad?

Es un tema muy complicado pero que tenemos que ponerle atención. Es una gran luz roja que si no hacemos las cosas diferentes, la pobreza va a seguir creciendo. Hay datos que aseguran que para el 2020, la población puede estar entre 18 y 20 millones, de los cuales, 12 millones estarí­an viviendo en pobreza y pobreza extrema. Nosotros en este caso, le damos énfasis a tres desarrollos que son muy importantes: el desarrollo económico, el desarrollo rural y el desarrollo social, que es el desarrollo humano. En el desarrollo económico, porque queremos que Guatemala sea un paí­s competitivo, que vengan inversiones productivas, que se invierta, pero que la riqueza no se quede en pocas manos, sino que logre derramar a las diferentes capas de la sociedad, y que generen especialmente oportunidades de empleo para los guatemaltecos. Cuando hablamos de desarrollo rural, empezamos a entrar a la parte de la población que está viviendo en pobreza y pobreza extrema. Porque del 60% de pobres que hay en Guatemala, 72% viven en el área rural.

Uno de los temas concretos en el ámbito económico es el del salario; y allí­ se genera toda una discusión. ¿Qué polí­tica salarial impulsarí­a el PP?

Este es, precisamente, uno de los grandes temas de discusión. Creemos que hay un salario mí­nimo establecido, pero sí­ impulsarí­amos el salario por productividad. Cuando hablamos de la competitividad que tiene el paí­s, es desde ahí­ que tenemos que tomar decisiones. Estoy convencido que el salario por competitividad, no es que le traiga problemas a los trabajadores, sino que les da oportunidades, ya que el que sea más competitivo podrá ganar más.

Pasemos al controversial slogan de su partido, ¿Qué hay que entender por «mano dura»?

Nos gusta que el slogan sea controversial, porque nos ha permitido posicionarnos en la mente de muchos guatemaltecos y estoy contento que el posicionamiento no es negativo. Cuando nos hacen la señal de mano dura no lo hacen con una señal negativa, sino con una ilusión que las cosas puedan cambiar en la violencia y la inseguridad. Y lo que significa esto es que Guatemala es hoy un Estado capturado por la corrupción, las maras, el narcotráfico, la violencia y la impunidad. Para eso, necesitamos hoy que se tomen riesgos, y nosotros estamos dispuestos a asumirlos.

Pero en un paí­s como Guatemala, «mano dura» recuerda la represión, la tortura, el pasado de violaciones a los derechos humanos.

Vuelvo a insistir que ante el peligro que tenemos de la «colombianización» del paí­s, de ser un Estado fallido, es donde los guatemaltecos tenemos que tomar una decisión importante: queremos hacer más de lo mismo, queremos tener un liderazgo débil que no le importa que a los guatemaltecos los maten todos los dí­as en la calle, queremos un liderazgo que no les preocupe que la pobreza y la pobreza extrema siga creciendo y yo estoy seguro que no es lo que queremos. Tenemos que enfrentarnos a la realidad. Lo hemos dicho en otras palabras, ese carácter, decisión y firmeza. Necesitamos fortalecer instituciones y tener un paí­s en donde todos seamos iguales ante la ley, no hay diferencias. Si lo quisiéramos resumir en publicidad, lo hacemos con «mano dura».

Si aterrizamos la propuesta de «mano dura» en seguridad. ¿Cuáles serí­an las acciones concretas que ustedes van a emprender al inicio de su Gobierno para sentar las bases y lograr un paí­s que no esté capturado?

Son muchas las acciones que tenemos que llevar a cabo. No es una sola acción porque este es un problema que hay que tratarlo de manera integral. Primero, vamos a estar trabajando con la Policí­a Nacional Civil, una institución que debemos rescatarla porque es una de las más cuestionadas. En vez de darnos confianza, nos da miedo. Ahí­ vamos a trabajar en una reorganización, depuración y vamos a hacer un esfuerzo para mejorar la capacitación y profesionalización de los cuadros de dirigencia de la PNC. Simultáneamente con esto, vamos a focalizar los esfuerzos a los lugares que los tenemos bien identificados, que son cinco departamentos, doce municipios, que son en donde hoy se están cometiendo el 70% de los delitos que atentan contra la vida. Ahí­ nos vamos a centrar en esos esfuerzos para bajar los niveles de criminalidad que se están dando. Hemos anunciado que vamos a formar cinco fuerzas de tarea que sean interinstitucionales, que no sean sólo de policí­as o soldados, sino que estará el Ministerio Público, la PDH y, si es necesario, vamos a incorporar otras instituciones que creamos y que quieran participar. Esto estarí­a orientado a darle seguridad al transporte colectivo, otra para enfrentar a las maras que tienen controlados varios lugares a través de «impuestos» y otros delitos, otra enfrentarí­a al narcotráfico. La cuarta estarí­a para bajar los niveles del robo de vehí­culos, que por robar un carro se cometen delitos que atentan contra la vida, y el quinto, serí­a para enfrentar a los feminicidios, que descomponen la sociedad guatemalteca. Esperarí­amos que los resultados se vean en un corto plazo.

¿De quién dependerí­an estas fuerzas de tarea?

Va a haber un responsable en cada fuerza de tarea que dependerá del Ministerio de Gobernación. No va a ser el Ministerio de la Defensa el que esté liderando éste, ya que su papel será de contribuir a estas fuerzas de tarea.

Hablando de fuerzas de tarea, usted comandó una en Quiché, y la Comisión de Esclarecimiento Histórico documenta en esa área por lo menos 17 masacres. ¿De llegar a la presidencia, estarí­a dispuesto a desclasificar los archivos de lo ocurrido en esa época para saber quiénes fueron los responsables?

Si estoy en la disposición, creo que esos documentos que estén bajo la custodia del Ejército no hay por qué tenerlos escondidos, no hay por qué escudarse de tenerlos con una clasificación de secreto. Creo que si fue secreto, fue en su momento, cuando no se querí­a que se supiera que se iba a hacer una operación, porque podrí­a ponerse en riesgo. Pero hoy, 20 o 25 años después no hay ninguna razón para tenerlos clasificados. Mi participación en el área Ixil es una participación de la cual yo me siento con la solvencia para poderlo decir, en donde pacificamos esa área, en donde fui a contribuir para que los guatemaltecos que estaban viviendo entre dos fuegos, pudieran tener una oportunidad, un respiro para que la guerra no estuviera afectándolos. Que haya señalamientos sobre masacres y acciones fuera de la ley, en el momento en que estuve, le puedo garantizar que no hubo nada. Obviamente habí­a mucha descentralización en las operaciones, porque no podí­a estar en todos lados, pero los lineamientos que se dieron fueron muy claros: aquí­ la prioridad es ver cómo rescatamos a la población que hoy está siendo amenazada por la violencia, y que la población que está bajo el control de la guerrilla, ver cómo se logra también a que vivan en situación neutral. Y hasta en tercera prioridad tení­amos el combate a las unidades de la guerrilla. Estuvimos muy claros que no era ganándole a la guerrilla como í­bamos a pacificar, era ganándonos a la población. Los esfuerzos que hice estuvieron orientados a ganarnos a la población, y no lo iba a hacer con violencia o cometiendo delitos, sino ganándome su confianza a través del respeto que debí­amos tener. De eso hay testimonios en el área Ixil, suficientes como para que demuestren que durante el tiempo en que estuve allá, hubo un respeto total a la población, un esfuerzo para lograr la pacificación y asegurar que quienes vivieran en situaciones muy duras pudieran mejorarla.

¿No es contradictorio que usted como signatario de los Acuerdos de Paz donde se rechaza la participación del Ejército en tareas de seguridad ciudadana, ahora lo plantee como parte de su plan de gobierno?

Efectivamente, soy signatario de los Acuerdos de Paz, estuve en la discusión de eso. El tema del fortalecimiento del poder civil y la función del Ejército en una sociedad democrática, lo discutí­ y lo firmé. Ahí­ quedó contemplado lo que usted nos dice. Cómo el Ejército se iba a dedicar a sus funciones que le corresponden en una sociedad democrática y cómo se iba a fortalecer la PNC. Pero hoy, dos años después, no se ha fortalecido esta institución. El Ejército se ha venido reduciendo, no sólo en efectivos, sino en presupuestos también. Pero lo que no se ha realizado es el fortalecimiento de las instituciones civiles, ahí­ hay un gran desbalance, que lo ha aprovechado el crimen organizado. Ante eso, tristemente, tenemos que hacer las prácticas a las que siempre se recurrieron, es decir, la utilización del Ejército en seguridad interna. No lo quisiéramos hacer, pero la realidad hoy nos obliga, porque mientras no logremos fortalecer la PNC, tampoco vamos a desperdiciar una institución que está siendo pagada por los impuestos de todos los guatemaltecos y que hoy necesitamos de ella.

Pero todos los gobiernos han utilizado el mismo argumento, parece más una excusa. ¿Qué ha cambiado si el Ejército ha estado siempre en las calles, si durante este Gobierno se sacó y no se disminuyeron los asesinatos?

Es que ha habido improvisación, no ha habido estrategias ni polí­ticas públicas. Yo puedo sacar al Ejército cuando me siento muy presionado como presidente, y digo que es una medida temporal. Lo que sucede es que para solucionar, saco al Ejército, pero no camino en una polí­tica pública que nos lleve a solucionar este problema. Nosotros los que visualizamos es que rescataremos, fortaleceremos e incrementaremos a la PNC, para generar confianza. Esto lo queremos hacer de una vez por todas, no para que el próximo Gobierno esté diciendo dentro de cuatro años que se utilizará nuevamente al Ejército. Vamos a caminar en las medidas que le digo para establecer polí­ticas públicas que no puedan ser movibles y que permitan solucionar los problemas.