El sorprendente y divertido filme «La graine et le mulet» (Sémola y pescado) del cineasta franco-tunecino Abdellatif Kechiche, sobre las peripecias de los emigrantes para sobrevivir en Francia, se perfila entre los favoritos para obtener el codiciado León de Oro en el festival de Venecia.
Faltando cuatro días para la clausura del festival, el próximo sábado, el filme de Kechiche, 47 años, autor del premiado «l’Esquive» (2004) y «Todo por culpa de Voltaire» (2000), aborda temas como la emigración, el desempleo, la familia, el divorcio y hasta el racismo con un tono alegre y un ritmo tan genial como eficaz.
El trigo y el pescado, los dos ingredientes claves para el cuscús, uno de los platos tradicionales árabes, sirven de pretexto para narrar la vida actual de las nuevas generaciones de los emigrantes en Francia.
La cinta, que recibió una verdadera ovación de cinco minutos por parte del público así como de la crítica, gira alrededor de Slimane (el actor Habib Houfares) quien es despedido tras 35 años de trabajo en un astillero del pequeño puerto francés de Sete.
Convencido por su hijastra para que transforme un viejo barco en un restaurante buscando aprovechar la gran capacidad de su ex mujer para cocinar el cuscús de pescado, que sirve religiosamente a la familia todos los domingos, Slimane se ve enfrentado a todo tipo de dificultades burocráticas, sentimentales y familiares.
«Las escenas con la mesa servida son una suerte de homenaje al cine de Vittorio De Sica y Pier Paolo Pasolini», confiesa el cineasta, quien utiliza como clave narrativa las conversaciones alrededor de la mesa de su enorme familia.
Madres y nietos, regaños, llantos, servilletas, espinas de pescado, besos y pañales se mezclan con invitados, burócratas racistas y hasta la danza del vientre, interpretada por la joven Rym, la bella actriz Hafsia Herzi, parisina de madre argelina y padre tunecino.
Para rodar el primer almuerzo familiar, que dura 20 minutos, «necesité un mes y tuve que hacer muchos ensayos para que los actores se familiarizaran entre ellos ya que no conocieron nunca la trama», contó Kechiche.
Distante del cine étnico o documental, la película encanta por la intensidad, creatividad y fantasía con la que atrae al espectador, quien como algunos comensales de la película, esperan impacientes el plato de cuscús que nunca llega.
Menos eficaz resultó el filme «The Darjeeling limited» con Adrien Brody y Owen Wilson, una comedia loca del estadounidense Wes Anderson sobre el viaje a India de tres hermanos en busca de la madre, quien se encuentra refugiada en un monasterio.
El personaje de Owen, quien aparece siempre herido tras un intento de suicidio, sacudió al espectador ya que el actor intentó suicidarse en la vida real recientemente y como en una «profecía» las razones de ese suicidio aparecen casi descritas en el filme: inquietud inexplicable, dependencia, malestar vital a pesar de poseer todas las comodidades materiales.
Otras películas, como la asiática «The sun also rises» del chino Jiang Wen, han sido excluidas de la lista de favoritas, mientras el filme denuncia del veterano estadounidense Brian de Palma sobre la guerra en Irak «Redacted» y la delicada cinta «Los amores de Astree y Celadon», del maestro francés Eric Rohmer, de 87 años, figuran entre las más apreciadas según la clasificación de la revista Ciak, el diario oficial de la Mostra veneciana.
El teatral filme «Sleuth», un duelo muy inglés entre los actores Michael Caine y Jude Law del cineasta Kenneth Branagh también recaudaba buenos puntos.