Maliki está entre la espada y la pared


Nuri al-Maliki, primer ministro iraquí­.

La visita del presidente estadounidense George W. Bush a Irak demuestra que no existe actualmente una alternativa al gobierno del criticado primer ministro Nuri al-Maliki, aseguró este martes el portavoz del gobierno iraquí­.


El portavoz, Ali-al-Dabbagh, dijo este martes que «el mensaje es que no hay alternativa a este gobierno». «Pensar en alternativas a este gobierno es un invento de la imaginación», añadió.

Al-Dabbagh subrayó que la visita de Bush y sus principales colaboradores es un signo «de apoyo al gobierno por sus esfuerzos en la estabilización de Irak», en una entrevista a la televisión estatal al-Iraqiya.

«La seguridad ha mejorado gracias a la cooperación del gobierno con la fuerza multinacional y esto se puede constatar en la provincia de al-Anbar», donde según el portavoz, puede producirse «un golpe mortal a Al Qaida en Irak».

Estas declaraciones se producen un dí­a después de la visita sorpresa del presidente Bush a una base aérea de Irak para entrevistarse con responsables polí­ticos iraquí­es y con los jefes militares norteamericanos con el fin de decidir qué polí­tica seguir en ese paí­s.

El primer ministro iraquí­ Nuri al-Maliki reunió este martes a su gobierno para valorar la visita del presidente estadounidense y tratar de responder a la demanda de éste de un mayor esfuerzo para conseguir la reconciliación nacional.

«Mi mensaje a Maliki fue que era mi amigo y que ha hecho muchos progresos, pero es hora de que esos progresos se transformen en leyes. Tiene mucho trabajo por hacer y cualquier decisión que tomemos estará dirigida a ayudar a conseguir este objetivo», dijo Bush.

El diario gubernamental al-Sabah también interpretó este viaje como un signo de apoyo del gobierno estadounidense a Maliki, a pesar de las criticas a Maliki, tanto desde Washington como desde dentro y fuera de Irak por sus escasos avances para estabilizar el paí­s y lograr seguridad.

Maliki ha fracasado hasta ahora en todos sus intentos por conciliar los diferentes grupos de la sociedad iraquí­, lo que ha llevado, en poco más de un año que está en el cargo, a la dimisión o el boicot de 17 de los 40 ministros nombrados.

Washington también está ansioso por que Maliki pueda conseguir estos objetivos y poder vender los progresos conseguidos en Irak antes de tener que dar explicaciones al Congreso de cómo está la situación en ese paí­s.

El viaje de Bush se produjo pocos dí­as antes de la publicación de un informe de evaluación de la situación en Irak que presentarán en el Congreso el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, David Petraeus, y el embajador de Estados Unidos en Bagdad, Ryan Crocker.

El próximo 15 de septiembre la Casa Blanca también presentará en el Congreso los avances en ese paí­s con el fin de recibir el apoyo suficiente para seguir financiando la presencia de tropas estadounidenses en Irak.

El Parlamento iraquí­ inicia este martes el nuevo año polí­tico, en el que deberán debatirse leyes cruciales, cómo reintegrar en la función pública a los antiguos seguidores de Saddam Hussein, y establecer un nuevo marco para la explotación del petróleo iraquí­.

Estas dos cuestiones posibilitarí­an, según Washington, la reconciliación en Irak, con lo que podrí­a plantearse una retirada progresiva de las fuerzas estadounidenses.

El lunes Bush puso la mejora de la seguridad en al-Anbar como ejemplo de que «puede mantenerse el mismo nivel de seguridad reduciendo las fuerzas estadounidenses».

«Estamos exactamente en el mismo camino que he definido, que es el de continuar traspasando nuestras obligaciones al pueblo de Irak, respaldar la democracia y traspasar nuestras obligaciones a la comunidad internacional.»

Gordon Brown

Primer Ministro británico