A semanas de que muriera su compañero en la fiesta de graduación, estudiantes de una escuela secundaria de Ohio habían asistido a una plática sobre drogas que les advirtió sobre los peligros de la heroína y los analgésicos recetados.
COLUMBUS / Agencia AP
Pero fue una de las drogas más aceptadas del mundo la que mató a Logan Stiner: una variante en polvo de la cafeína, tan potente que hasta una cucharadita de té puede resultar fatal.
La muerte súbita del adolescente en mayo concentró la atención sobre ese polvo no regulado y suscitó una advertencia de las autoridades federales de salud que exhortaron a los consumidores a evitarlo.
«No creo que ninguno de nosotros supiera realmente que esta sustancia estuviera por allí», comentó Jay Arbaugh, superintendente de las escuelas locales de Keystone, Ohio.
La Administración de Alimentos y Medicinas dijo el viernes que investiga la cafeína en polvo y que considerará tomar medidas regulatorias. La agencia federal advirtió a los padres que podría ser atrayente para los jóvenes.
La autopsia reveló que Steiner tenía una cantidad letal de cafeína en el organismo cuando murió el 27 de mayo en su hogar en LaGrange, Ohio, al suroeste de Cleveland.
Stiner, que era luchador, tenía más de 70 microgramos de cafeína por mililitro de sangre, unas 23 veces más de la cantidad que se halla en un café o gaseosa, según el forense.
Su madre dijo no saber que su hijo ingiriese cafeína en polvo. Estaba a pocos días de graduarse y pensaba estudiar en la Universidad de Toledo.
La cafeína en polvo se vende como suplemento dietético y por lo tanto no está sujeta a las regulaciones federales de determinados alimentos que contienen cafeína. Los usuarios lo agregan a sus tragos antes de hacer ejercicios o para controlar el aumento de peso.
Pero incluso una pizca puede ser demasiado.
Una dieciseisava parte de una cucharadita de té puede contener 200 miligramos de cafeína, equivalente a dos tazas grandes de café. Eso significa que una cucharada llena te puede matar, advirtió el Dr. Robert Glatter, del Hospital Lenox Hill en Nueva York.