Los niños del clan Attar han vivido tres guerras en apenas cinco años, en cada una de ellas escapando de sus casas cuando Israel bombardea su barrio en la Franja de Gaza.
Se ve en sus cicatrices sicológicas. Algunos se portan mal, otros se aferran a sus madres o se aíslan, como Ahmed, de 12 años, que se sentó solo ayer en un banco en el patio de una escuela de la ONU donde su familia tuvo que refugiarse de nuevo.
«Ellos bombardearon muy cerca de mi casa», dijo el niño, que mira al suelo. «Estoy asustado».
Los expertos dicen que va a ser cada vez más difícil curar a estas víctimas de traumas reiterados.
«Para la mayoría de los niños (en Gaza), esta es la tercera vez», dijo Bruce Grant, jefe del departamento de protección infantil para los territorios palestinos en la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF. «Eso reduce su capacidad de resistencia y recuperación. Algunos nunca encontrarán forma de recuperar el sentido de normalidad. El temor va a volverse la norma».
El clan Attar vive en Atatra, un barrio en el noreste de Gaza, a unos cientos de metros de Israel. Los milicianos de Gaza a menudo lanzan cohetes contra Israel desde áreas fronterizas, lo que hace de esas zonas frecuentes blancos de ataques israelíes.
Residentes de Atatra escaparon de sus viviendas durante la ofensiva militar israelí de tres semanas del 2008-2009, durante una semana de combates en noviembre del 2012 y de nuevo este fin de semana.
Luego de que aeronaves israelíes dejasen caer volantes sobre Atatra el sábado advirtiendo a los residentes que evacuasen el área, las hermanas Mariam y Sada Attar empacaron unas pocas pertenencias en bolsas plásticas y se fueron de sus casas. Llevaban con ellas 10 niños, además del esposo de Mariam, Omar, que ella dice sufre problemas sicológicos causados por estrés.
Las familias se refugiaron en la misma escuela de la ONU donde se quedaron durante los dos conflictos previos. En total, 20 escuelas de la organización internacional albergan a más de 17.000 desplazados de Gaza, muchos de ellos niños, tras las advertencias israelíes el sábado de que los civiles deberían abandonar el norte.
Los niños israelíes, especialmente en áreas cercanas a Gaza, también han sido afectados. Desde el 2000, extremistas en Gaza han disparado miles de cohetes contra comunidades israelíes. Sicólogos han detectado altas tasas de ansiedad entre los niños en la ciudad fronteriza de Sederot.
Durante la violencia actual, se vio a madres israelíes protegiendo a sus hijos con sus cuerpos mientras se escuchaban sirenas de alarma aérea. Otras imágenes mostraron a niños llorando y cubriéndose el rostro en terror mientras se oían explosiones cerca de sus casas.