Alemania conquistó en Brasil la última frontera del fútbol europeo al ganar una Copa Mundial en América. Lo hizo además en uno de los mayores templos de Sudamérica y extendió el dominio reciente del viejo continente en la competición más grande.
RIO DE JANEIRO / AP
«Somos los primeros en ganar en América y eso nos enorgullece mucho. Esta alegría seguirá para siempre en la historia», dijo el técnico alemán Joachim Löw tras la victoria.
Alemania dio la tercera Copa del Mundo consecutiva a Europa, tras las de Italia en 2006 y España en 2010. En los últimos siete mundiales, desde Italia 1990, el único equipo sudamericano en desafiar la reciente hegemonía europea fue Brasil en 1994 y 2002.
La pentacampeona, que salió vapuleada de su Mundial, ya tiene a Alemania e Italia, con cuatro títulos cada una, pisándole los talones. El conteo total de campeonatos también favorece a Europa. Suma 11 por los nueve de Sudamérica.
La victoria de Alemania 1-0 sobre Argentina en el estadio Maracaná fue la guinda a una selección que venía trabajando junta desde hace casi 10 años. El respeto a un proyecto, la paciencia con una idea —vengan o no los títulos— es algo que está caracterizando a muchas selecciones europeas, que han encontrado una mina de oro en el trabajo que desarrollan los grandes clubes para la captación de talento en sus canteras.
«Empezamos este proyecto hace diez años. Lo que ha sucedido es el resultado de muchos años de trabajo», aseguró Loew. «Creímos en este proyecto, trabajamos muchísimo y, si algún equipo se lo merece, es éste».
«Siempre hemos desplegado un buen fútbol y estoy convencido de que, a lo largo de esta fase final, a lo largo de los siete partidos, hemos ofrecido mejores actuaciones que ningún otro equipo de los que competían en Brasil», agregó.
El Mundial nació en Sudamérica. El primer campeón fue Uruguay y los equipos de la región, con Brasil a la cabeza, dominaron el torneo. A partir de 1966, nació la alternancia. Italia, Inglaterra, Alemania, Brasil y Argentina se turnaban en las victorias. Pero en los últimos mundiales, el fútbol europeo ha conseguido imponerse con mayor regularidad, con las únicas dos salvedades de Brasil.
La llegada masiva de latinoamericanos a las ligas del viejo continente no ha mermado el potencial de los futbolistas europeos. En algunos casos lo ha enriquecido. Las selecciones copian lo mejor de los sistemas de cantera de clubes como Barcelona, Madrid y Bayern Múnich. Las categorías inferiores imitan a la selección mayor y se trabaja sobre una idea. Seis de los titulares alemanes en la final del domingo juegan en el Bayern.
Alemania perdió las semifinales de Sudáfrica hace cuatro años y volvió a caer en la misma instancia en la Eurocopa del 2012. Pero la Federación entendió que el trabajo de Löw no había terminado. Y se le respaldó en el cargo. La apuesta pagó el mejor dividendo posible: la Copa del Mundo.
«En un Mundial no se juega ni con 11 ni con 14 jugadores, sino con 23. La selección alemana había interiorizado esta filosofía. El espíritu colectivo ha sido nuestro secreto aquí en Brasil», dijo emocionado Wolfgang Niersbach, presidente de la Federación Alemana de Fútbol, al sitio en internet de la FIFA. «No tenemos figuras de la talla de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo o Mario Balotelli».
Brasil, goleada por 7-1 en semifinales, y Argentina después sucumbieron ante Alemania. Las dos mejores selecciones americanas apostaron por un fútbol más conservador, como lo definió Alejandro Sabella. En contraposición, por ejemplo, a Alemania y otros equipos como Colombia, cuyo juego alegre y efectivo ha brillado con luz propia en Brasil.
Pero en Sudamérica no hay clubes tan poderosos económicamente como los europeos, capaces de traerse y formar a un Messi desde los 13 años. La cantera es una seña de identidad que aprovechan los equipos nacionales. La Unión Europea ha derribado muchas fronteras. Y el intercambio de jugadores y entrenadores entre las ligas más importantes —Inglaterra, España, Italia y Alemania— está resultando otro factor decisivo.
«Hemos desarrollado nuestro estilo de juego propio. No podemos depender de técnicos como (Carlo) Ancelotti o (Pep) Guardiola. Pero ellos sí han mejorado a los jugadores», comentó Löw sobre la aportación de técnicos como Guardiola, actualmente en el Bayern, al fútbol alemán.