Reformas electorales responden a intereses partidarios


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Tras la resolución favorable que emitiera la Corte de Constitucionalidad (CC) respecto a las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, analistas consideran que dichas reformas no responden a un cambio del modelo electoral del país sino a intereses partidarios.

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POR EDER JUÁREZ
ejuarez@lahora.com.gt

Cristhians Castillo del Instituto de Problemas Nacionales de la Usac (IPNUSAC), señala que a pesar de que dentro de la propuesta de reforma existen puntos innovadores, cuando se hace un balance se evidencia que es una iniciativa que responde a intereses puramente partidarios.

Castillo indica que a pesar que la iniciativa toma algunos elementos planteados por organizaciones especializadas y la sociedad civil que participaron en la mesa de diálogo de la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso en el 2012, no guarda coherencia porque lo que hicieron fue hacer un “mix” para tener contentos a todos.

“La reforma no es tan efectiva, o no es la que necesita el sistema. Contiene elementos que pueden poner en riesgo la estabilidad del sistema político del país”, señala.

Además, indica que el momento más indicado para hacer una reforma de esta naturaleza es un año antes de las elecciones, para que de manera secuencial se puedan implementar algunos de los temas de las reformas después de las elecciones generales, sobre todo para poner en riesgo el proceso electoral.

NO IMPLICA UN CAMBIO ESTRUCTURAL

Renzo Rosal, director de Incidencia Política de la Universidad Rafael Landívar, indica que una reforma electoral como la que ahora se analiza o la orientación central tenía que ver con refuncionalizar el sistema y fortalecer las capacidades del Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero en general la propuesta no influye para darle “cara vuelta” al sistema de partidos políticos.

Según Rosal, lo que es positivo es la contribución que se hace para fortalecer o recobrar ciertas fuerzas que el sistema de partidos políticos ha ido perdiendo dramáticamente en las últimas décadas, pero que no implica un cambio estructural o un cambio de fondo.

Además, refiere que tomando en cuenta las condiciones del país, estas reformas es a lo más que se podría llegar; “pensar en darle cara vuelta me parece que suena bonito, pero creo que está alejado de las posibilidades reales como sociedad”, dijo.

A criterio del analista existe una preocupación de que el Congreso pueda “meter mano” a las reformas y meter temas para bajarle peso a las propuestas que ya están, “si las propuestas que están ahora son tímidas, el Congreso podría hacerlas aún más débiles o bien incorporar más temas no con la intención de que se aprueben sino de sabotear la propuesta”, señala Rosal.