Estamos por llegar a la culminación de la carrera política, donde participan candidatos a la Presidencia de la República, Vicepresidencia, diputados y alcaldes. Es una fiesta cívica nacional que se realizará el domingo 9 de septiembre, y según el Tribunal Supremo Electoral, de 13 millones 18 mil 759 habitantes que cuenta nuestro país, solamente 5 millones 689 mil 565 guatemaltecos podrán votar. Siempre he dicho que mi mejor deseo es que este grandioso y relevante evento sea realmente una fiesta cívica, y no contiendas políticas donde en algunos casos hay envidias y disensiones que finalmente llegan a herir sentimientos y causar a veces hasta la misma muerte. Sin embargo, esto es exactamente lo que ha venido ocurriendo desde hace algunos meses, siendo el partido político de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) el más golpeado, ya que muchos dirigentes, candidatos, hijos de candidatos y correligionarios han sido vilmente asesinados. Según la Procuraduría de los Derechos Humanos, en lo que va de 2007 se han registrado más de 35 asesinatos de miembros de partidos políticos en el país. La violencia política, inconformidad de la población por candidatos de dudosa reputación, enfrentamiento entre activistas y conflictos por disputas del poder local, son algunas de las amenazas al proceso electoral en por lo menos 117 municipios. El Procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, asegura que mucha de la violencia se ha generado por nexos de la política con el crimen organizado, y por la necesidad de que gane un candidato para que posteriormente los favores sean devueltos. Esperamos que las nuevas autoridades sean electas por voluntad popular y no por fraudes como ha ocurrido en años anteriores.