Todo se inicia con una idea del vicerrector Ariel Rivera, y que fue impulsada por el Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Víctor Gálvez. Y entonces todo comenzó a mostrar aires de interés colectivo, siendo un recinto central de la Universidad Landívar el escenario ideal para conversar.
El interés fue masivo, siendo que Thomas Piketty y su libro “Capital en el siglo XXI” lleva ya varias semanas en los sitiales de honor de los más leídos en los Estados Unidos, según lo anuncia el afamado ranking literario del New York Times.
¿Qué podemos aprender en torno a cómo la riqueza y los ingresos han evolucionado desde el siglo XVIII, y qué lecciones podemos derivar de ese conocimiento, desde esos tiempos hasta el presente?, tal es la ambición del economista de la Universidad de París, quien ha triunfado en el difícil mercado de libros estadounidense.
Y es que el tema de la repartición del pastel, y de la riqueza generada, es un gran tabú, desde la antigüedad hasta el presente: se entiende poco que la vida productiva de los seres humanos, al ser generada en sociedad, involucra incontables esfuerzos de interacción social, pues nada sería el sistema si los capitalistas no cuentan con trabajadores y viceversa.
El tema, tal y como lo afirma Piketty es profundamente político y no puede, de ninguna manera, ser reducido a un entuerto económico, y ni mucho menos a un modelaje de economistas, siendo que dentro de este grupo cada vez más escaso por estos lares, las decisiones se concentran en tecnócratas que suelen actuar en colusión con intereses muy particulares, para favorecer a uno u otro grupo social.
Lo cierto, es que los abundantes datos exhibidos y analizados comprueban que la desigualdad viene mostrando niveles alarmantes, a partir de la década de los ochenta. Casualmente, se trata de un tiempo que inicia con las políticas de liberalización de precios, del tipo de cambio, y por supuesto de las tasas de interés, en el hemisferio occidental.
El experto concluye así que se trata de un problema de finanzas y de impuestos: la historia de la desigualdad, asevera, es conformada por la visión de actores económicos, sociales y políticos, y por sus juicios propios de lo que es justo o injusto. Así también, el fenómeno es configurado gracias al poder relativo de tales actores y de las decisiones colectivas que resultan de su accionar.
Y así, escudriñando historia y datos, en el libro se analizan las evidencias que muestran que unas épocas tienden hacia la convergencia de ingresos entre los distintos grupos sociales, mientras otras épocas muestran lo opuesto; siendo que hoy la situación es tal, en términos de divergencia, que no se divisan en el horizonte posibilidades de una nueva convergencia, sino algo incluso más grotesco, socialmente hablando, siendo crucial entonces la coordinación internacional de políticas y la imposición de un nuevo impuesto internacional sobre las grandes rentas del 1 por ciento de los más ricos del planeta, a efectos de equilibrar la situación.
Es indispensable entonces indagar sobre los procesos que involucran la generación de salarios y de riqueza, así como sobre el dinero: periodistas, académicos y demás deben tener tal motivación, finaliza el autor de tan leído libro.