Taiwán te presta


EDUardo-Blandon-2013

Son las diez de la mañana y recibo una llamada. Contesto presuroso creyendo que se trata de algo importante relacionado con mi trabajo. No es así. Luego de dos o tres segundos de silencio, sale una voz registrada, diciéndome que “Chepe te presta” y que he sido elegido para un préstamo importante y… el resto es historia. Corté y seguí con lo que me ocupaba.

Eduardo Blandón


Es una historia personal que quizá tenga que ver con los Chepes de la banca internacional y el mundo de las inversiones siempre “gamonales” y dispuestas a hacer préstamos a países urgidos de dinero. Me imagino a Taiwán, por ejemplo, diciéndoles a los jefes de bancada del Congreso, como aparece hoy en la prensa, “Chepe te presta”, tengo para ustedes US $50 millones para que financien carreteras o lo que se les ocurra. Solo me avisan y se los doy con todo gusto.
 
Mientras tanto el país se endeuda más y condenamos a nuestros hijos y a la sociedad a más miseria social sin capacidad de recuperación posible. Imagino que son esos mismos Chepes los que tienen con el agua al cuello a Argentina y los que hoy, buitres les dicen, exigen el pago inmediato de préstamos que sabían iba a ser malversado o subutilizado.
 
Lo cómico de la visita del embajador de Taiwán es que ofrece dinero al Gobierno a través de los diputados. Divertido porque si hay personajes emblemáticos en el escamoteo del erario público es el Congreso de la República. Recuerde que está fresca la malversación de Q82.8 millones que avaló Eduardo Meyer, expresidente del Congreso.
 
De modo que el buen Adolfo Sun o es ingenuo y cree todavía en la posibilidad de redención de los ángeles del infierno, o tiene intenciones aviesas (Taiwán) que atentan contra el futuro y el bienestar de Guatemala. El embajador Sun debe tener claro que este gobierno no merece más dinero: hay sospecha fundada sobre su honestidad.
 
No tengo animadversión por las empresas ni gobiernos que prestan dinero. El problema es que tras la aparente bondad de alguno de ellos se esconde una voluntad de lucro que la historia ha dejado en evidencia. Señores del gobierno, paren la mano y dejen de hundir más a Guatemala.