Habilidad en Lionel Messi. Tenacidad en Arjen Robben. Son virtudes salientes para esos delanteros que representan las cartas de gol cuando Argentina y Holanda se enfrenten hoy por el pase a la final de la Copa del Mundo.
SAO PAULO / AP
Cuatro veces seguidas elegido el mejor jugador del mundo, Messi atesora cuatro goles y Robben tres, pero aún aun sin convertir dan pases o arrastran marcas para que otros lo hagan.
Claro que entre Messi y Robben tiene siete goles, exactamente los que encajó Alemania a Brasil, para ser finalista de la Copa Mundial y enfrentar al vencedor de Argentina-Holanda, el domingo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Fuera del contexto del Mundial, Messi exhibió en su rica historia cualidades superlativas con respecto Robben. Pero inmersos en esta fiesta universal, el argentino apenas le sacaría unos centímetros de ventaja.
«Es el mejor de Holanda», elogió a Robben el técnico de Argentina, Alejandro Sabella, antes de zanjar cualquier comparación posible: «Pero Messi es el mejor de todos».
Messi es la cabeza visible de un ataque argentino que se complementa con Gonzalo Higuaín y Ezequiel Lavezzi, con dos medios como Javier Mascherano y Lucas Biglia, quien en el último partido ante Bélgica se adueñó del mediocampo.
Minuto de silencio en memoria de Di Stéfano
El Mundial de Brasil 2014 rendirá hoy homenaje a Alfredo Di Stéfano con un minuto de silencio antes del inicio del juego, los jugadores albicelestes portarán brazaletes negros en señal de duelo.
La FIFA, en acuerdo con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Real Madrid, dispuso que los equipos y los espectadores realicen un momento de silencio mientras se proyectan imágenes del hispano-argentino Di Stéfano, una de las máximas figuras del fútbol mundial.
La entidad autorizó además la solicitud que había presentado la AFA para que la selección argentina luciera los brazaletes negros sobre la camiseta.
Di Stéfano falleció el lunes a los 88 años a causa de un paro cardiorrespiratorio en Madrid. Sus restos fueron enterrados hoy en el cementerio de La Almudena de Madrid en la más estricta intimidad tras recibir un multitudinario adiós.