Holanda batió hoy en la tanda de penales por 4-3 a Costa Rica en Salvador tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario y jugará el miércoles ante Argentina en Belo Horizonte la segunda semifinal del Mundial de fútbol de Brasil.
Salvador, Brasil / dpa
El arquero costarricense Keylor Navas, brillante durante todo el partido, en el que contó también con la ayuda de la fortuna al ver cómo sus postes repelían tres remates holandeses, fue la figura, pero sólo hasta la tanda de penales: allí emergió el portero Tim Krul, que entró al campo al final de la prolongación y que demostró su condición de especialista atajando dos disparos y poniendo fin al sueño de Costa Rica.
En un partido muy táctico y equilibrado, Holanda dispuso de las mejores ocasiones gracias a los contragolpes y al desequilibrio de Arjen Robben, siempre peligroso. Era temido por Costa Rica por sus supuestas simulaciones, pero hoy asustó siempre con su fútbol, su velocidad y desborde: provocó las cuatro tarjetas amarillas «ticas».
En la víspera, el seleccionador de Costa Rica, Jorge Luis Pinto, había dicho que esperaba un partido «táctico, disputado». «De los que me gustan», afirmó. Y acertó.
Ambos equipos eran un calco, con el mismo sistema. Un 5-2-3 en defensa y un 3-4-3 en ataque. La diferencia la iban a marcar las individualidades, por lo que ahí podía tener ventaja Holanda con Wesley Sneijder, Robben y Robin van Persie.
Holanda dominó la pelota, pero en la primera parte la tocó sobre todo con sus defensas y en su cancha. Sólo cuando aparecía Robben, bien asociándose, bien desbordando, encontraba espacios Holanda, mortal en el contragolpe gracias a la velocidad del astro del Bayern Múnich.
A Costa Rica, bien ordenada y firme en su primer partido en los cuartos de final de un Mundial, le costó mucho más llegar al área rival, pero la suya la tenía bien resguardada con Navas, que demostró ser el portero del torneo.
En el minuto 23, Holanda hilvanó un gran contragolpe por la derecha. Dirk Kuyt, el delantero reconvertido en lateral, centró hacia atrás a Memphis Depay, que cedió a Van Persie, cuyo remate lo paró Navas, de nuevo seguro en el rechace de Sneijder.
El técnico Louis van Gaal había elogiado a su equipo como «uno de los mejores» cuando el rival pierde la pelota y lo demostró. En el minuto 25 la jugada murió por fuera de juego de Van Persie.
En el 29′, Navas volvió a salvar, ahora con el pie, un remate desde dentro del área de Depay, que culminó sin acierto un contragolpe de Van Persie.
En el minuto 35, Costa Rica tuvo su acercamiento más peligroso de la primera mitad con una jugada de estrategia en una falta. Van Persie salvó en su área y generó un nuevo contraataque de Robben. Como ante Grecia, Navas empezaba a ser el héroe de su equipo.
En el minuto 38 despejó un lanzamiento directo de falta de Sneijder. Holanda, el equipo más goleador del Mundial con 12 tantos en cuatro partidos, era peligroso.
Antes del partido, el 70 por ciento de sus lanzamientos habían ido entre los tres postes. En el primer tiempo, cuatro de cuatro. Pero ahí estaba Navas.
Poco cambió en el segundo tiempo, con Holanda aún más decidida a ir al ataque. En el minuto 60, sin embargo, fue Costa Rica la que rompió la línea de defensa europea. Junior Díaz llegó al área desde la izquierda, pero su centro atrás no encontró rematador.
En busca quizás de ese hombre, Pinto sacó de la cancha a Joel Campbell, visiblemente cansado y enfadado, y lo sustituyó por Marcos Ureña. Costa Rica buscó estirarse y lo consiguió, asustando a una Holanda cauta y paciente, que esperaba quizás un exceso de entusiasmo «tico» del que sacar partido al contragolpe.
Sneijder, en el 82′, pudo romper el empate, pero su disparo de falta se estrelló en el palo derecho de Navas, aliado también con la fortuna. Fue mérito propio salvar de nuevo el gol holandés ante el remate con la derecha desde cerca de Van Persie.
El árbitro, el uzbeco Ravshan Irmatov, perdonó la que podría haber sido la segunda tarjeta amarilla a Junior Díaz por una falta a Robben, siempre desequilibrante.
Ya en el descuento, Van Persie tuvo el gol que le daba las semifinales a la «oranje», pero Yeltsin Tejeda y el travesaño evitaron que el balón entrara.
La suerte estaba del lado del equipo centroamericano, la gran revelación del torneo, que forzó la prórroga y que se mostró como un equipo experto, parando el juego y cortando el ritmo cuando le interesaba.
En el tiempo extra, otra vez Navas, que salvó un cabezazo de Ron Vlaar en un córner en el 93. Costa Rica, con fe ciega en Navas, parecía conformarse con llegar a los penales, como ante Grecia en octavos.
Van Gaal dio los últimos 15 minutos al goleador Klaas-Jan Huntelaar, que entró en lugar del defensa Bruno Martins. Holanda pasó a jugar con un 4-4-2. Era el primer cambio de esquema del partido en el maleable equipo «oranje».
En el minuto 117, Ureña pudo evitar los penales, pero el arquero Jasper Cillessen, casi inactivo toda la noche, no quiso ser menos que Navas y evitó el gol. Con el partido enloquecido, Sneijder estrelló de nuevo la pelota en el larguero «tico».
Van Gaal cambió de portero para los lanzamientos desde 11 metros. Entró Tim Krul, un especialista, por Cillessen. En plena taquicardia se llegó a los definitivos penales, donde Krul, con dos atajadas y no Navas, fue la estrella.