Mucho ha cambiado y sigue cambiando negativamente


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Los politicastros demagogos y marrulleros ofrecen estentóreamente, desgañitándose, que cuando se trepen al gallinero oficial se esforzarán porque cambie todo en forma positiva en beneficio de la patria y del pueblo…

Sin embargo, como lo vemos con claridad meridiana, no son más que engaña-tontainas lo que gritan a voz en cuello los politiqueros.

Es evidente que hay toda una serie de cambios en este país de la eterna jo…coteadera, pero no se crea que son halagüeños…

Marco Tulio Trejo Paiz


¡Continuemos! Ha cambiado la honestidad por la deshonestidad (léase inmoralidad o corrupción); ha cambiado la economía por el peculado y el derroche archi, archi millonario; ha cambiado la seguridad por la inseguridad de las personas y sus bienes; ha cambiado la buena educación desde la niñez; han cambiado los vicios con la  drogadicción; ha cambiado la paz social por tantos asesinatos, las arbitrariedades y las injusticias; la buena música, verbigracia la de marimba, la vienesa, incluso la mexicana por la música que no tiene mucho de mexicano; en realidad, casi todo ha cambiado en nuestro anarquizado patio chapín por obra y gracia de la politiquería, la degradación cultural, etcétera.
   
El estilo de bailar, incluso, ha cambiado, especialmente en las famosas discotecas. La muchachada baila brincando y haciendo contorsiones en el piso, sin tener oportunidad de charlar como en otros tiempos con las damas y damitas y, ahora, los instrumentos no brindan lo cadencioso de antaño, sino parecido a lo de otros lares, entre ellos África con ruidos de tamborones… Menos mal que los marimberos y los que “charranguean” deleitando con guitarras y violines a lo mariachi, por ejemplo, hacen la diferencia…

Lamentablemente, la música que se ofrece al público –excepto la de nuestro instrumento autóctono que canta, gime y llora– no va al paso de otrora, sino está dando la impresión de que ha cambiado desagradablemente.

Demos la palabra a la AGAYC (la Asociación Guatemalteca de Autores y Compositores), y dejemos ya en paz a la música estridente, que golpea los tímpanos, de fea moda…

Evidentemente, pues, nos hemos estancado y seguiremos igual quién sabe si hasta que San Juan baje el dedo. No se ven por ningún lado cambios exitosos  que enaltezcan a esta bendita tierra que nos ha dado la madre Natura, grandiosa obra de Dios.

Gobernantes y gobernados también deben cambiar de actitudes para que nuestro país pueda avanzar en los diferentes aspectos de la vida.

Merecen repudio las farsas de la politiquería partidista. Digamos, en voz alta, ¡no más falacias demagógicas en la nueva pelea electoral…
 
¡Debemos cambiarlo todo en honor de esta pobre patria nuestra en beneficio de un pueblo agobiado por grandes problemas!!!