Los visitantes de todo el mundo que acudirán a dos eventos a realizarse próximamente en la región habitada por la comunidad amish en Ohio podrían llevarse consigo algo inesperado: un caso de sarampión en el mayor brote en Estados Unidos en dos décadas.
SHILOH/ Agencia AP
El brote, con más de 360 casos, comenzó después de que viajeros amish que visitaron las Filipinas se contagiaran de sarampión este año y regresaron a sus viviendas en el condado rural Knox. A partir de allí, esta enfermedad muy contagiosa se extendió rápidamente debido a que la tasa de vacunación entre los amish es más baja que entre la población en general.
Las autoridades de salud creen que el brote está disminuyendo su fuerza en Ohio gracias a las clínicas de vacunación, las visitas casa por casa efectuadas por enfermeras del sistema de salud pública y la cooperación de los amish, que rápidamente se pusieron en cuarentena cuando se presentó el sarampión.
Pero se espera que el evento internacional Días de Progreso de los Caballos, en el que se exponen equipos tirados por estos animales, atraiga a más de 20 mil amish y a otras personas de todo el planeta el viernes y el sábado. Y una subasta anual de gran envergadura que recauda dinero para ayudar a las familias amish a pagar las facturas médicas de niños que padecen defectos de nacimiento se llevará a cabo el sábado.
Las autoridades intentan difundir la educación y las vacunas.
«Es muy fácil que alguien venga a estos eventos, se vea expuesto a alguien que desconozca estar enfermo, y regrese a casa, donde iniciaría otro brote en otra comunidad en alguna parte de Estados Unidos o en el extranjero», dijo el doctor D.J. McFadden, comisionado de salud en el condado Holmes, donde se llevará a cabo el Días de Progreso de Caballos y es hogar de una de las poblaciones amish más grandes del país.
El condado tiene 54 casos de sarampión y una hospitalización por esta enfermedad. La mayoría de sus amish ya estaban vacunados antes del brote, señaló McFadden.
Los síntomas del sarampión, que está causado por un virus, incluyen fiebre, tos, erupciones en la piel y conjuntivitis aguda.
Los amish renuncian a muchas de las comodidades de la vida moderna. Su religión no les prohíbe vacunarse, pero como sus hijos no asisten a las escuelas públicas tradicionales, no se les pide que se vacunen y por lo tanto no es algo que suelan hacer rutinariamente.