El presidente de Rusia, Vladimir Putin, lamentó hoy el fin de la tregua en el este de Ucrania, durante una reunión en Moscú con diplomáticos rusos.
«Desgraciadamente, el presidente (Petro) Proshenko ha decidido reanudar las operaciones militares», dijo el jefe del Kremlin en un discurso transmitido por la televisión estatal rusa.
Putin subrayó que con su decisión de no prolongar el cese del fuego, Poroshenko ha asumido por primera vez la responsabilidad política total por el derramamiento de sangre en su país.
La guerra no es el camino correcto para resolver el conflicto en el este de Ucrania, señaló el presidente ruso. Putin denunció nuevamente que la población rusoparlante en el este de Ucrania se siente amenazada.
Según el jefe del Kremlin, los acontecimientos en Ucrania también son una expresión de la política dirigida contra Rusia. Putin denunció que se está ejerciendo presión sobre su país con sanciones y se lo apremia a rebajar los precios de los suministros de gas a Ucrania, a pesar de que existen contratos energéticos que también fueron reconocidos por tribunales en Kiev.
Al igual que en tiempos de la Guerra Fría, Occidente busca la confrontación y no la cooperación, continuó Putin, quien ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores preparar un «paquete de medidas de protección» para impedir una intromisión desde el exterior y también el derrocamiento anticonstitucional de gobiernos como ocurrió, a su juicio, en Ucrania, Libia e Irak.
Putin pidió a Occidente que deje de imponer a otros «reglas uniformes de comportamiento y convivencia». El presidente subrayó que «es hora de que se conceda a todos el derecho de ser diferentes, el derecho de cada país a construir la vida según sus propias ideas y no bajo un dictado impuesto».