La guerra de declaraciones que ha surgido por el tema migratorio a Estados Unidos, no ayudará a encontrar soluciones ni en el corto plazo para atender la crisis humanitaria de los menores que se encuentran en los centros de detención, ni con la situación de violencia y desesperanza en la que se desarrolla la sociedad guatemalteca y que invita a sus ciudadanos a correr en búsqueda de nuevas oportunidades.
Es lavarse las manos la declaración de hacer un bloque para reclamar diplomáticamente con más fuerza ante el gobierno de Estados Unidos, dejando de reconocer la necesidad de esfuerzos reales para cambiar una situación que ya ha costado la vida a un número de menores que ni siquiera conocemos por la forma tan complicada en que se desarrollan estas situaciones.
Urgente sería que se inicie una persecución frontal y formal en contra de las bandas de traficantes de niños que están haciendo su negocio por medio de la mentira y que están motivando a los menores a “aprovechar” el momento para poder estar en el país del norte antes de que se instale una reforma migratoria que, dicho sea de paso, ya fue enterrada por los representantes del Partido Republicano.
Como operativo de seguridad y para estructurar los procesos, no puede ser tan complicado iniciar las medidas contra esos traficantes o Coyotes. Si no se puede detener a quienes llevan a cabo este tipo de crímenes, ¿cómo pretendemos capturar a narcos o miembros de otro tipo de organizaciones criminales que no se tienen que anunciar, contratar desconocidos y recorrer largos tramos con ellos? Sinceramente, no poder caerle a esos traficantes desde el punto de origen, en este caso Guatemala, es preocupante.
Pero lo más importante es que parece que cada quien quiere culpar al otro sobre la responsabilidad en el caso y se nos olvida que son niños, con nombre y apellido, que están en un riesgo tremendo. Hay quienes dicen que los centros de detención son lo peor que puede pasar el menor, aunque debemos decir que lo peor debe ser el abuso, violencia, riesgos y hasta la muerte misma que experimentan o de la que son testigos en la ruta hacia el “sueño” que se les ofrece.
Por favor, urge que se detenga esta situación y la medida inmediata es proceder contra la mafia de los traficantes, informar a la población de la falsa expectativa que generan por la coyuntura y de una vez por todas entrarle a los temas que nos hacen un país exportador de ciudadanos. Basta de lavarse las manos.
Minutero
Si bien el escenario
es de un drama humanitario
no olvidemos que todo esto ha sido
consecuencia de nuestro descuido