En una selección uruguaya que cuenta con dos de los mejores delanteros del planeta, el zaguero Diego Godín puede que sea su arma más peligrosa.
Godín sumó otro gol de antología a su lista cuando marcó el martes a los 81 minutos en la victoria de Uruguay 1-0 sobre Italia que clasificó a la «Celeste» a la segunda ronda de la Copa del Mundo.
El gol fue, por supuesto, de cabeza.
«(Tuvimos) el plus para echar el resto, pese a las dificultades del rival, el tiempo», comentó el defensor, quien marcó al elevarse en el corazón del área y rematar un tiro de esquina. «Entran varios compañeros por delante, entro por detrás y la veo venir, y después la veo en la red».
Godín, capitán de Uruguay ante la ausencia de Diego Lugano, empieza a forjar una leyenda por sus goles en momentos claves.
El central de 28 años marcó de cabeza el tanto del empate 1-1 con el que su club Atlético de Madrid ganó la liga española ante el Barcelona en la última fecha de la temporada. Además, anotó de cabeza el tanto del Atlético en la final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid, que al final perdieron 4-1 los colchoneros en tiempo adicional.