El proceso es más importante de lo que percibe la población. ¿A quién vamos a colocar como jueces? ¿En manos de quién va a estar el orden jurídico? No nos quejemos después, no lloremos como plañideras. El proceso se desarrolla por medio de las Comisiones, sin embargo son varios los inconvenientes de ese sistema –estipulado en la Constitución—. Entre ellas:
1. Un comisionado viene a ser un juez que debe favorecer con su voto al aspirante que, conforme su conciencia tiene las cualidades para asumir esos altos cargos. Como todo juez debe resolver según dictado de su conciencia pero en base a hechos concretos que tenga a la mano.
2. Para cumplir a cabalidad su cometido un comisionado debería revisar a fondo todos y cada uno de los expedientes (digamos que 450) que se presenten. Es caprichoso que solo le “eche una mirada” a unos 50 o 70.
3. Pero, en pocos días de trabajo es virtualmente imposible que cada comisionado revise todos los expedientes, además no habría logística para esa función. No hay que perder de vista que TODOS los comisionados son profesionales muy ocupados que tienen otras actividades muy importantes (decanos, magistrados, jueces, litigantes, asesores, etc.).
4. Por eso se forman tríos y se reparten los 450 entre esos tríos; por lo mismo cada grupo tendría, según el ejemplo, 45 expedientes (ya de por sí son muchos para el limitado tiempo). Con este “reparto” se incurre en dos anomalías: a) entra en escena la suerte, b) limita el conocimiento de expedientes a solo los que tocaron al grupo. Y cuidadito de que dentro del grupo se repartan a su vez los 45 expedientes, 15 a cada uno.
5. Los expedientes son muy escuetos, poco dicen de las cualidades de los aspirantes. Todos deben presentar carencia de antecedentes y de estar al día en el Colegio de Abogados, asimismo deben incluir declaración jurada de solvencia con el Estado. Algunos acompañan títulos académicos (sobre todo maestrías) y cualquier reconocimiento que hayan recibido (hasta de los bomberos o de un club social). Acaso la foto aporte algún elemento por aquello de que la cara es el espejo del alma. Quizá.
6. Un comisionado promedio será amigo de unos 30 aspirantes y conocerá a otros 30. Los demás serán unos honorables desconocidos sobre quienes debe resolver sin tener mayores elementos. Es algo injusto.
7. Sin perjuicio de lo anterior, en el sistema de punteos, los criterios son muy variados. Hay comisionados muy rígidos y castigadores y otros más abiertos (como la terna que va a examinar privado a un estudiante). Para unos asignar un 25 (sobre 25) en ética o en proyección social, es casi inalcanzable, otros más generosos por parejo aplican ese 25. Es algo injusto.
8. La ética y la moral, como el agua transparente o la virginidad, no son sujetos a gradaciones, o se es ético o no.
9. Es claro que un comisionado tiende a votar a favor a quienes considera buenos aspirantes entre aquellos que conoce y no vota por desconocidos (aunque hayan punteado alto). Ello sin perjuicio de que algunos ya tengan “consignas” de votar por determinados aspirantes.
10. No califican los que tengan mejores punteos (o mejor CV) sino los que tengan mayoría especial de votos (23 de 34 comisionados) sin importar su expediente.
11. Con todo regresamos al problema operativo básico, si con los primeros 26 se cierra la votación ¿Con quiénes se empieza la votación? ¿En el orden de presentación? ¿Por los más viejos? ¿Por las mujeres?