El destino de Irak podría decidirse la siguiente semana, dijo hoy el secretario de Estado John Kerry, emplazando a la dirigencia iraquí a unirse contra la insurgencia suní islamista.
El futuro de Irak, dijo Kerry, depende principalmente de si sus líderes cumplen con los plazos pactados para instalar un nuevo gobierno antes de que la insurgencia suní acabe con las esperanzas de una paz duradera.
Fue un mensaje sombrío para los líderes de las coaliciones chií, suní y curdas, amargamente divididas y que han sufrido más de tres décadas de dictadura, sanciones y guerras. Y busca mantener en pie una transición a un gobierno que dé más poder a las minorías.
«Este es un momento decisivo para el futuro de Irak», dijo Kerry en conferencia de prensa desde Bagdad. «Es un momento de decisión para los líderes iraquíes y es un momento de enorme urgencia».
Kerry ofreció pocos detalles de sus encuentros a puerta cerrada en Bagdad, sin embargo con quienes se reunió —incluyendo al primer ministro Nuri al-Maliki, in chií— se comprometieron a instalar un nuevo parlamento para el 1 de julio como lo establece la Constitución.
«El futuro de Irak depende de decisiones que se tomarán en los días y semanas siguientes, y el futuro del país dependerá principalmente de la capacidad de los líderes iraquíes para unirse y forjar un frente común contra el EIIL», la insurgencia del Estado Islámico para Irak y el Levante, dijo Kerry.
El diplomático agregó que nadie, incluyendo a Estados Unidos, debe decidir quién gobernará Irak. «Esa es una decisión del pueblo iraquí», agregó.
Al-Maliki enfrenta cada vez más llamados para que renuncie, mientras los sunís opinan que no les ha dado suficiente voz en el gobierno.
Aun así, después de haber sufrido juntos más de ocho años de guerra en los que murieron casi 4.500 soldados estadounidenses y más de 100.000 iraquíes, ambas partes temen caer en un brote de violencia sectaria.
Kerry llegó a Bagdad apenas un día después de que los milicianos suníes capturasen dos puestos fronterizos clave, uno en la frontera con Jordania y otro con Siria.
Las victorias militares del EIIL en el norte y el oeste de Irak han puesto en evidencia los problemas de las tropas iraquíes, con formación estadounidense. En el norte, las tropas huyeron ante el avance de los milicianos dejando atrás sus armas, vehículos y otros equipamientos. En algunos casos en el oeste, se marcharon cuando los milicianos se acercaron o al conocer la caída de otras ciudades.