Los habitantes de Bagdad esperan con tensión y miedo mientras los yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) libran fuertes combates con el Ejército al norte de la capital. «Todos esperan con temor los acontecimientos inminentes», cuentan testigos.
El grupo terrorista sunita ya ha llegado a 60 kilómetros de la capital iraquí y además ha cortado una importante ruta de suministro: los combates han obligado a interrumpir su actividad a la refinería de crudo de la ciudad de Biyi, que cubre una gran parte de la demanda de productos petroleros de los hogares y las gasolineras iraquíes.
El gobierno iraquí pide a la población que ahorren gasolina, electricidad, agua y alimentos, pero en la capital Bagdad ya escasea todo. Y aún peor es la situación en las disputadas Tikrit y Kirkuk. Sólo en el sur del país, donde viven sobre todo chiitas, la vida parece transcurrir con una relativa normalidad.
En Bagdad la difícil situación queda patente sobre todo por el nivel de los precios: «Las bombonas de gas ya cuestan más del doble», señala un habitante.
Desde que los combates se intensificaran el martes de la semana pasada cuando el ISIS conquistó Mosul, la segunda ciudad del país, las medidas de seguridad en la capital se intensificaron considerablemente.
La policía y el Ejército instauraron nuevos puestos de control y patrullan las principales calles, mientras numerosos voluntarios se alistan en la metrópolis, de mayoría chiita, para que el gobierno les dé armas para combatir al ISIS.
Preocupante es sin embargo la situación de la gente en Kirkuk y Tikrit. «El suministro de electricidad y agua potable se ha interrumpido, las bombonas de gas cuestan más de seis veces su precio normal», cuenta un ciudadano. «Exorbitantes» son también las subidas de precios de alimentos básicos como la carne o el arroz. Al contrario, se ha abaratado la fruta y la verdura, que se estropea rápidamente.
También las conexiones telefónicas y de Internet se cortan continuamente en el país árabe: redes sociales como Facebook o Twitter, que también utiliza ISIS para difundir su propaganda, llevan días bloqueadas en el país y para esquivar ese bloqueo, los usuarios acuden cada vez más a la red social «Tor Metric Portal», que permite el anonimato, y que ha registrado en los últimos días un fuerte aumento de usuarios.
En los territorios conquistados por el ISIS, en Mosul y alrededores, los extremistas siguen imponiendo su interpretación de la Sharia, la ley islámica, como informa el diario kuwaití independiente «Al Rai». Los extremistas sunitas instalaron un centro de mando inmediatamente después de conquistar la región, y publicaron un comunicado con sus leyes.
Los ciudadanos cuentan al diario cómo a los hombres se les ha prohibido beber alcohol, fumar y también afeitarse, además de vestir pantalones cortos o ropa considerada «del infiel occidente», mientras a las mujeres se les obliga a cubrirse totalmente. Y en los momentos en que hay electricidad está prohibido también ver partidos del Mundial de Fútbol en la televisión.
Y en Ramadan, que empieza a finales de mes, todo será incluso más estricto. «Hemos oído que el nuevo ordenamiento obligará a los musulmanes a ayudar durante el Ramadan como lo hacían los primeros musulmanes hace más de mil años sin electricidad y aire acondicionado». Y eso, con temperaturas por encima de los 40 grados Centígrados a la sombra, cita el diario a Mohamed al Mosulaui, empleado de las autoridades locales de educación.
Los combates entre soldados y yihadistas del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) están obligando a huir cada vez a más personas en Irak. El director de la misión de Médicos Sin Fronteras en el país, Fabio Forgione, calcula que por ahora habrá cerca de 1.2 millones de afectados.
dpa: Ahora mismo está en Erbil, en la Región Autónoma Kurda, ¿cómo es la situación?
Forgione: Empeora día a día. Los combates en Mosul, Kirkuk, Tikrit, Ramadi o Faluya hacen que cada vez más personas se queden sin hogar. Actualmente podría haber 1.2 millones de iraquíes huyendo, y muchos de ellos vienen a las zonas kurdas.
dpa: ¿Qué se hace ahí?
Forgione: Las autoridades están montando cuatro campos de refugiados, que no tienen nada que ver con los campamentos sirios en la región. Pero la ayuda llega con mucha lentitud. Trabajamos para cubrir las necesidades básicas de la gente y proporcionarles alimentos, cobijo y medicamento.
dpa: ¿Trabajan también fuera de las provincias kurdas?
Forgione: Algunos de nuestros equipos están ayudando a unas 6.000 familias en lugares que distan sólo 15 minutos de Mosul. Por otro lado hay muchos pueblos que están llegando a su límite a al ahora de acoger refugiados. A muchos se les aloja en edificios públicos o mezquitas. En la región hay pocos hospitales y están completamente llenos con las urgencias. Ahora nosotros intentamos ayudar a los enfermos crónicos, que no tienen acceso a los medicamentos que necesitan a diario. Pero seguramente hay miles de familias que ahora mismo no están recibiendo ayuda humanitaria.